miércoles, 25 de julio de 2007

Teoria y Practica

7. Leyes del lenguaje oral



Conceptos, funciones y normas. El lenguaje oral, las imágenes, el subtexto y la respiración



Hedy Crilla sostiene que un actor tiene que conocer la lengua a la perfección, dominar sus leyes, y no confiar sólo en la inspiración porque de ese modo limita su desarrollo.

- ¿Qué leyes del lenguaje conocen?

- Las leyes gramaticales.

- Las ortográficas.

- La semántica, la ortología.

- La sintaxis.

- Bien, éstas son las leyes del lenguaje escrito. ¿Cuáles serían las del lenguaje oral?

- En primer lugar, hay que entender el texto, qué nos quiere decir el autor; después, buscar la imagen viva que necesitamos para justificar interiormente las acciones verbales, y así comienza a trabajar la acción de la palabra, que consiste en transmitir al otro lo que vemos, pensamos y sentimos.

Luego, trabajar la línea del subtexto que se oculta detrás del texto.

-Yo diría que en primer lugar hay que crear la línea del subtexto, o sea las líneas del pensamiento y las visiones.

- También está el tema de la respiración.

- Por supuesto. Un actor nunca puede olvidar el aire.

- Y se deben respetar los signos de admiración o interrogación.

- Si coinciden con lo que queremos expresar, son válidos. Caso contrario, tenemos que suprimirlos y determinar las propias entonaciones (subidas y bajadas).

- Hay algo que no entiendo bien: los puntos, las comas y los demás signos... ¿no existen en el lenguaje hablado?

- Sí, existen, aunque no se rigen por las leyes gramaticales, sino por la línea de las imágenes.



Es necesario detenerse y ampliar los siguientes temas:

Signos de puntuación

Gramaticalmente, existen las comas, el punto y coma, el punto seguido, el final, los dos puntos, los puntos suspensivos, los paréntesis, las comillas, etc., para nosotros no tienen valor, no debemos respetarlos. Solamente tendremos en cuenta la línea de las imágenes que vamos a transmitir. Por ejemplo, si digo: "La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante", debo hacer una pausa luego de "humilde" (una idea) y luego pasar a "inquietante" (otra idea), otra pausa. Una detención en una palabra como "humilde" bien puede ser una coma: sin embargo, gramaticalmente no corresponde allí porque luego continúa "e inquietante".

De esta manera hacemos nuestra propia puntuación.

Las palabras deben destacarse, no por su acentuación gramatical sino por su sentido creador, consustanciadas con nuestros sentimientos con especial dedicación y cariño, y con los acentos simbólicos o artísticos que creamos.

Pausas

Las pausas son descansos del lenguaje. Las hay breves o prolongadas: depende del tiempo que necesita el interlocutor para captar las imágenes y el subtexto, no terminan en las palabras, están sujetas a una continuidad y al sentido rítmico del texto.

En verdad, la duración de las pausas no puede calcularse con exactitud, es relativa. Pero tenemos que distribuir el tiempo cuidando la armonía en todas sus partes. Hay que saber -y dominar muy bien- qué provoca la detención y en aras de qué se realiza.



- Respecto de las pausas, ¿de qué manera se efectúan?

- Deteniendo la respiración, o mejor dicho, por necesidad de respirar, porque no nos alcanzó el aire.

- No es la razón primordial; se requiere una justificación interior y responder al subtexto.

- Si no le alcanza el aire, ¿es porque no sabe respirar?

- Es porque no sabe distribuir las pausas que cumplen distintas funciones: unir las palabras en grupos, separar los grupos entre sí, destacar algunas palabras, colorearlas, darle matices para aumentar la claridad y la fuerza expresiva, dar relieve y reforzar la comunicación, etc.



Hay varios tipos de pausas.

a) Pausas lógicas: las que son necesarias para comprender el sentido del texto y para respirar. Requieren dominar bien lo que provoca la detención y por qué se realiza.

El primer trabajo que hay que hacer es distribuir las pausas. Dijimos que a cada imagen o idea le corresponde un aire distinto.

Técnicamente, nos conectamos con la idea o la imagen, tomamos el aire bien relajados, lo que no significa relajar todo el cuerpo sino poder actuar naturalmente, sin tensiones: luego, el aire sale junto con la palabra.

b) Pausas psicológicas son las que pueden ubicarse donde se quiere: todo les está permitido; no obstante tienen que estar justificadas por el subtexto, y plenas de contenido. Hay que cuidar de no abusar de ellas, porque estiran en exceso el texto y la gente se confunde. Además, con estas pausas se corre el riesgo de que se pierda el ritmo.

Las pausas lógicas, que coinciden o no con las psicológicas, no pueden quebrarse, hay que sostenerlas con la actuación.

c) Pausas pequeñas: son las que destacan determinada palabra con una ligera inspiración que interrumpe la línea de emisión de la frase. Por ejemplo: "El poeta no pide benevolencia (pausa pequeña) sino atención". Allí se hace una inspiración brevísima que le da un ligero matiz a la frase.



- Resumiendo, les diría que la pausa lógica nos permite comprender el sentido del texto, ayuda al intelecto. La pausa psicológica, de su parte, da vida a la idea e intenta transmitir el subtexto, sirve al sentimiento. Y las pausas breves destacan algo en especial.



Acentos

No nos referimos a los ortográficos, sino a los que confieren a la frase determinada entonación, por ejemplo: "Vive feliz". Esta expresión puede decirse afirmativamente, con alegría, como una súplica, desdeñosamente, con dudas, etc.; también una palabra de reproche puede convertirse en un elogio y una felicitación en una burla.

Por el tono con que se dice la frase, se atiende más a su sentido global que al significado de las palabras que la forman, y esa diferencia es la que crean los acentos.



- Los acentos son fundamentales para el habla, porque de otro modo, el lenguaje carece de vida; en toda frase debe haber una palabra diferenciada, la esencial, la que aclara o revela el sentido. Por ejemplo: "Pero en el mundo hay galanes que se tapan con las hojas". Acentuamos la palabra "tapan" porque es la que revela el espíritu de la frase, y la diferenciamos con un breve aire o una pausa pequeña, apenas perceptible.

Y traten de poner sólo los acentos necesarios, porque vimos que cuando se marcan todas las palabras no se marca ninguna.

También cuídense de los estereotipos: ya comentamos que los argentinos son amigos de los adjetivos y adverbios, que los privilegian de todas formas. La confusión de los valores es tan cotidiana que se ha convertido en normal.

Yo les aconsejo que hagan un buen ejercicio: pónganse a escuchar de qué manera habla la gente y van a darse cuenta enseguida de que lo hacen mal, por eso a veces no se les entiende.

Un actor tiene que estar atento. El oído se acostumbra a los errores que en el escenario no son admisibles porque deforman el lenguaje del autor.

Por otra parte, generalmente es el subtexto el que pone los acentos aunque, por supuesto, hay excepciones. Una vez que hayan establecido claramente el subtexto, él determinará la acentuación de las frases.

Veamos este ejemplo: "¿Quieres hacerme el favor de irte y dejarme terminar de escribir?" El subtexto es: "No me molestes más", entonces la palabra importante es "irte".

Les doy otro ejemplo: "Señores: la comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón". El subtexto se está refiriendo al amor y especialmente al fracaso del amor, por eso habla de "comedia rota", y ya está determinando la acentuación. Aparece no un solo acento, sino varios: fuerte, mediano, débil, toda una gradación de ellos.

- ¡Qué difícil dominarlos!

- Bueno, se supone que van a conocerlos progresivamente, con un buen entrenamiento se consigue. De algún modo ya empezaron con "El vestido rojo", donde acentuaron primero una sola palabra, luego dos y tres con distintas progresiones, distinguiendo la esencial.

Existe otra manera de destacar la palabra, sin acentuarla, ubicándola entre dos pausas pequeñas: "Tengo (pausa) trucos (pausa) en el bolsillo."

Cuando lleguen a parlamentos o textos extensos, deberán ocuparse de esos párrafos mediante el mismo proceso empleado para las frases, y entonces podrán ubicar la oración principal y las secundarias, determinando la acentuación general del relato.

En definitiva, las principales leyes del lenguaje oral están regidas por las imágenes y el subtexto, que determinan la respiración y la distribución del aire.



* * *



Práctica con un párrafo de El maleficio de la mariposa, de García Lorca.13



"Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón. El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena. Los insectos estaban contentos, sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío y de educar a sus hijos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones."



La Maestra sugiere que distribuyan las pausas lógicas y que luego digan el texto.



"Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde/

e inquietante/

comedia rota/

del que quiere arañar a la luna/

y se araña su corazón./

El amor lo mismo que pasa con sus burlas/

y sus fracasos por la vida del hombre/

pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos/

donde hacía mucho tiempo era la vida apacible/

y serena./

Los insectos estaban contentos/

sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío/

y de educar a sus hijos en el santo temor de sus dioses./

Se amaban por costumbre/

y sin preocupaciones./"



- "Señores: La comedia que vais a escuchar".

- Ya está mal, ¿qué pasa entre "Señores" y "La comedia", ¿qué está haciendo el autor?

- "Señores:..." (Toma aire)

- Ahí está, tomaste aire, no se puede hablar sin él: en la vida, esto se hace intuitivamente, en el teatro no, porque un actor tiene un texto para expresar.

Está muy bien que miraste a los espectadores, así nosotros nos lo imaginamos.

- "Señores: (breve aire) La comedia que vais a escuchar es humilde (aire, pausa pequeña) e inquietante."

- Ese "inquietante" no te inquieta, si dijeras que es humilde y aburrida, no sería distinto. Debés transmitir tu inquietud. La letra del autor es siempre personal en un sentido profundo. Por ejemplo: las relaciones de amor son inquietantes porque nos dan placer y también sufrimiento.

- "Comedia rota del que quiere..."

- No está rota, no transmitís que es una comedia rota, no existe, es una metáfora del autor. Y luego continuás "del que quiere" rapidísimo. De ese modo, la platea no puede captar nada. Tiene que comprender la frase y preguntarse: ¿Por qué rota?, primero debés entenderlo vos y luego vas a lograr que ellos se hagan la misma pregunta. Comenzá nuevamente.

- "Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante. Comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón."

(El alumno ha dicho el texto velozmente).

- ¿Me querés decir, a dónde vas tan desesperado?

- Al ser tan largo este prólogo, debo considearar el ritmo en su totalidad; si no lo hago así, va a ser pesado para la gente.

- Primero, no tenés que ser impaciente, porque se lo transmitís al auditorio. Segundo, la agitación da pesadez al lenguaje, justo lo que no buscás; el secreto está en aligerarlo con la calma, la serenidad, subrayando las palabras principales y dejando pasar ligero -sin destacarlas- las accesorias. Tampoco podés plantearte la totalidad del prólogo cuando sólo estamos haciendo un párrafo.

El texto está ligado a la construcción de un edificio, se harán los cimientos, la planta baja, el primer piso, el segundo, el tercero, el cuarto hasta el último.

Entramos en el edificio y pensamos que una frase completa es igual que subir por una escalera: subimos, luego descansamos, no sólo por la respiración, sino también para que el otro tenga tiempo de recibir y ver las imágenes.

Con la frase siguiente, continuamos al segundo piso, y así hasta el último.

El actor también está construyendo plásticamente su edificio, moldeando su pieza.



Decir un texto es como crear una obra, darle su forma: no es algo lineal, rígido, sino algo plástico. Si vemos a un escultor, primero hará la base, luego el cuerpo, su volumen, la altura, el cuello, la cabeza y así llegará al término de su escultura.



- Otro punto es el público, ¿nunca se pusieron a observar a los obreros cuando trabajan? Siempre hay gente que se detiene a mirar y no por ello se ponen nerviosos pensando en lo que les falta y en que los están mirando, ellos continúan con su labor.

- Mirar la construcción de una obra produce una sensación placentera y no resulta pesado, por el contrario.

- Es que el trabajo manual es una tarea plácida y estimula la serenidad.

- Fundamentalmente por la concentración y la actividad de crear, sea un edificio o una escultura: para el actor es lo mismo.

- Entonces... ¿cómo es?

- Vos no tenés que estar apurado por terminar el texto, ni pensar que el auditorio se va a aburrir o que no te va a alcanzar el aire.

- ¡Exacto! ¿Cómo se dio cuenta?, ese es mi principal temor.

- ¿Sabés por qué? Porque hacés mal las pausas: tenés que regular y calcular el aire según la necesidad. Si te sobra, no podés largarlo en cualquier momento. Si te falta, cortás el sentido de la frase.

Y también hay que saber que para llegar a tiempo a algún lugar, no hay que correr porque te podés caer y golpear.

- "Comedia rota (pequeña pausa) del que quiere arañar a la luna (pausa) y se araña su corazón."

- "Quiere arañar a la luna" es una ironía graciosa, "araña su corazón" es doloroso.

- "Y se araña su corazón."

- Mejor, le diste un pequeño acento a la palabra "corazón". Y cuando él manifiesta: "Que quiere arañar a la luna y se araña su corazón", allí hay un subtexto que expresa "Como ustedes entienden, yo me refiero al amor", entonces este subtexto me hace tomar aire, adelantarme a otro plano y subir un escalón más alto.

- "El amor, lo mismo que pasa..."

- No, vos elevás el tono de la voz, lo agudizás y, en cambio, es un subir interno, debés subir un escalón. También es cierto que se da con la regulación del ritmo y el contraste con los otros sonidos; aunque en verdad, cuando lo hacen mal, el verdadero motivo es de índole interna, no perciben el sentido de la frase, no lo viven.

- Lo hice para relevarlo, para darle fuerza.

- La fuerza no está en el volumen, vos pusiste tensión en esa palabra. Es mejor dejar que fluya solo, esperar que el sentimiento surja, no apurarlo.

- "El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre..."

- ¡Epa! cometés varios errores. "El amor" lo hiciste bien, luego decaíste y te fuiste al sótano; dijiste "burlas y fracasos" como si fueran una sola cosa y son dos; suelen cometerse siempre los mismos errores. Igualmente, "fracasos" es substancial, y te conviene buscar un subtexto, un recuerdo de un fracaso tuyo en el amor, de lo contrario suena vacío, igual que "burla". Cuando el amor nos ha burlado: yo lo esperaba a la tarde y se fue con otra.

Quiero hacerles una observación: ustedes leen todos igual, para demostrarle a la señorita del grado que saben reconocer las palabras; es un vicio que han adquirido y que se han pasado años repitiéndolo. No se trata de demostrar que saben leer -o de hablar por hablar-, sino de vivir lo que se lee y se dice. Ya han creado hábitos de inexpresividad, la expresión es lo propio del ser humano, ni hablar de un actor; pongan atención en estos aspectos porque se contagian.



Murray Schafer escribió en su libro Cuando las palabras cantan: "Las palabras, hay que sacarlas de su sarcófago impreso."



- "El amor, lo mismo que pasa con sus burlas (aire) y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión..."

- Dijiste bien la primera frase. La siguiente está mal porque no tomaste aire.

- ¡Qué arduo!

- Tomar aire antes de cada imagen es un estímulo, la respiración siempre antecede a imágenes importantes u opuestas, por ejemplo: "Un rinoceronte (aire-pausa pequeña) se peleó con una hormiguita", o "El caballo siempre manso (aire-pausa lógica) pateó al perro."

- En la vida, uno hace estas cosas y no se detiene a pensar si hay que respirar

- Justamente, pero el arte del actor es ser...

- Natural.

- Digamos mejor, auténtico, a mí no me gusta la palabra "natural" en el arte; para ser auténticos deben tener su imagen, y al cambiarla, tomar otro aire.

Fíjense: "El amor (subo un peldaño) lo mismo que pasa con sus burlas (subo otro peldaño y hago una pausa respiratoria pequeña) y sus fracasos por la vida del hombre (pausa y respiro) pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos (aire nuevamente) donde hacía mucho tiempo era la vida apacible (breve pausa) y serena."

- "Pasa en esta ocasión por una escondida pradera..."

- No vi a la pradera, ¿vos conocés una pradera?

- Por supuesto, todo el mundo conoce una pradera.

- Todo el mundo, no, la mayoría no tiene idea de lo que es.

- Yo tengo la visión de un dibujo “naif”.

- No es una buena idea, se trata de la naturaleza. Si vos ponés una imagen artificial no sirve, no puede ser la imagen de otra imagen y dibujada, tenemos que buscar la vivencia real.

- Yo la veo, la siento, el olor del pasto, la tierra.

- A mí me cuesta verla y eso que conozco el campo.

- El campo no es la pradera, que es un lugar de hierba tierna para que pasten los animales.

- "Pasa en esta ocasión (silencio prolongado) por una escondida pradera (silencio prolongado) poblada de insectos."

- Podemos hacer pausas aunque sin detener jamás la continuidad de la frase. Su encadenamiento ajustado no es sólo para dar el ritmo sino para constituír la belleza del estilo del autor.



Las frases no deben parecer injertadas sino enhebradas, puesto que existe una armonía en el sentido musical de las palabras.



- Por otra parte, no ves los insectos. A mí particularmente me cuesta verlos porque si bien me encanta la pradera, tengo que hacer un esfuerzo para alcanzar esta imagen con los insectos, porque me molestan.

Además, te falta un elemento: observá que estás refiriéndote al amor; yo lo siento como un fragmento de amor a la naturaleza.

- "Donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena."

- "Apacible y serena" son dos adjetivos unidos por una "y", son dos cosas distintas. Se comete frecuentemente este tipo de error.

- "Los insectos estaban contentos."

- No, tus insectos no están contentos ni son insectos: vos hablás de ellos como si fueran gigantes, y son seres chiquititos. Evidentemente, no te gustan.

- No me gustan, es verdad.

- “Insecto” es algo que no es seccionable. Decí "chiquitito, un insecto chiquitito."

- "Un insecto chiquitito."

- Decí "un insecto enorme."

- "Un insecto enorme."

- La palabra "insecto" debe permanecer igual, no podés cambiarla. Parecería que hubieras dicho "un elefante enorme".

Quiero preguntarte: ¿están contentos tus insectos?

- No.

- Si los quisieras, ¿de qué forma dirías la frase?

- No sé.

- ¿Los ves?

- No.

- Quizás tenés que imaginarte la situación.

- "Los insectos estaban contentos."

- Está mejor, le diste una inflexión fonética cariñosa y así destacaste la palabra, que no es lo mismo que golpearla.

- "Sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío..."

- La palabra "tranquilos" aparece con demasiado valor dinámico dentro de la frase, vos la subrayaste. ¿Qué bebían tranquilos?

- "Gotas de rocío."

- Eso es más significativo que "beber tranquilos": el acento artístico hay que ponerlo allí.

- "Sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío (se detiene) y de educar a sus hijuelos..."

- ¿Por qué hiciste un punto en "rocío"? Allí no hay punto, continúa la idea.

- Es que yo marqué una pausa respiratoria.

- Está muy bien. Sin embargo, después de "rocío" uno toma aire para continuar con la idea, no para concluir.

Con el tiempo, cuando ya se acostumbren, no van a tomar mucho aire cuando tienen una pequeña frase, una imagen corta; cuando digo "Los insectos estaban contentos", no necesito demasiado aire; de lo contrario, me va a quedar adentro al terminar la imagen y voy a tener que sacarlo: tomo únicamente el aire que necesito.

Y luego: (tomo aire) "Sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío... (vuelvo a tomar aire, al cambiar de imagen) ...y de educar a sus hijos en el santo temor de los dioses." Podría decirlo con una sola toma de aire; sin embargo, estaría mal, no le daría a los espectadores el tiempo de elaborar las imágenes, como tampoco lo haría yo.

Las imágenes "se contagian" como tan bien lo enunció Stanislavsky.

- ¿Sería igual que percibir?

- No, la palabra "contagiar" alude a algo orgánico: te contagio un resfrío. Es independiente de la voluntad, si lo expreso bien y vos sabés captarlo; te contagiás de algunos objetos chiquitos que estaban contentos.

- "Sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío (aire) y de educar a sus hijuelos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones."

- ¿Qué te surge en esta última frase?

- Sin problemas, con tranquilidad.

- No quiero un razonamiento, sino una imagen, por ejemplo: verlo a él, coqueteando con otra mujer, esa es mi preocupación.

Hay que pensar en imágenes: un científico trabaja conceptos; un artista, con imágenes. También puede ocurrir que el actor sea un poco tonto y no las tenga: entonces el director -si es bueno- se las crea, se las explica y el actor las hace suyas. Aunque si puede captarlas, completamente tonto no es.

- Por supuesto, porque hay que tener talento para tomar imágenes que son de otro y actuarlas.

- Tal cual. Igualmente sucede que aunque no sean de él, para hacerlas propias tiene que imaginarlas.

- "Se amaban por costumbre y sin preocupaciones."

- ¿Cuál sería el subtexto?

- "Por costumbre" es por la naturaleza misma, y "sin preocupaciones" porque no sufrían por amor, al contrario que yo, que pensaba en ella y ella estaba con otro.

- Los bichitos se amaban por costumbre, por la misma bondad de la naturaleza y no como nosotros, pobrecitos de nosotros, con tantas preocupaciones.

- "Se amaban por costumbre (pausa) y sin preocupaciones."

- "Por costumbre" está bien. En "sin preocupaciones", tratá de meter "no como nosotros". Decí: "Ojalá yo pudiera amar sin preocupaciones."

- "Ojalá yo pudiera amar sin preocupaciones."

- "No es verdad, decís la letra, no lo sentís. Cuando yo digo: "Sin preocupaciones", estoy pensando en "no como nosotros que sufrimos tanto con el amor"; tenés que buscarte una imagen tuya que te haga vibrar.

- "Se amaban por costumbre (pausa) y sin preocupaciones."

- Ahí está, lo hiciste perfecto.

- Es que me surgió la imagen de una experiencia funesta que tuve una vez.



8. Diversos aspectos de la expresión



Observaciones iniciales



Al terminar con las lecciones circunscriptas al trabajo de mesa, la Maestra nos anuncia que dedicará varias semanas al entrenamiento sobre otros aspectos de la expresión; luego iniciará otro ciclo, basado en la unidad “acción psicofísica-palabra”.



En este momento, conviene releer a Stanislavsky:

"En cuanto a los refinamientos del arte de hablar, que les permitirán revelar artísticamente con belleza y fidelidad los matices inefables del pensamiento y del sentir, deberán desarrollarlos en el transcurso de toda la vida."



- ¿Toda la vida?

- Efectivamente, ¿por qué se asustan? Dedicar toda la vida al arte es abrir un camino de libertad, belleza y sabiduría. La creación nos permite descubrir el cielo: la dificultad está en si podemos hacerlo, si lo conseguimos, si tenemos auténtico talento para ello.

- ¿Tanto hay que aprender?

- El conocimiento es infinito, inagotable como la naturaleza misma, yo soy una anciana -aunque todavía no lo siento- y aun tengo bastante que aprender; al mismo tiempo, me doy cuenta de que nunca comprenderemos todo. Quizás los budistas tengan algo de razón: "Lo que hay que comprender es que no hay nada que comprender."



Asimismo sucede algo sorprendente en el ser humano: cada edad es distinta, tiene otra mirada, otra atmósfera, descubrimos aspectos de la vida que antes no habíamos observado.



- Es que el tiempo es otro, comenzamos a sentir que vamos a morir, y uno disfruta la vida con mayor intensidad.

- ¿Como la última vez?

- No, no es una despedida melancólica, es con plenitud. El paso del tiempo va dándonos una forma más desnuda, más pura, cristaliza nuestros sentimientos porque ha eliminado lo innecesario y sólo queda lo esencial.

El hoy existe para mí, el futuro ya no. Entonces, “hoy” es un día más inspirado y no lo pierdo. La naturaleza, por ejemplo: no veo el momento de estar en mi casa de Pinamar, sola sin que me molesten. Les aseguro que no hay nada tan renovador para el espíritu como la naturaleza. Hagamos lo que hagamos, tira de nosotros el animal ancestral.

Recorrer el jardín, descubrir los primeros brotes, calentarme al sol, nadar en el mar, dormir a la sombra de los pinos que planté y vi crecer, contemplar la noche y sus estrellas, la Vía Láctea, las Galaxias. Allí, en ese espacio sin tiempo, todo es sabiduría, y la naturaleza que vive en mí apaga los dolores de esta vida tan efímera.

¡Nadie es dueño del tiempo! Yo no le temo a la muerte. No voy a desaparecer, algo de mí quedará, quizás una fosforescencia girando en el espacio. ¿No es cierto?

Y nos lo ha dicho con sus ojos pícaros de niña, y sonriendo.



* * *



a) La expresión de la emoción. Práctica con un texto de Doña Rosita la soltera, de García Lorca.1



"Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca. Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado; ya se encargó un alma caritativa de decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aún a mí misma me asombraba. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubierais sabido; si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo. Y hoy se casa una amiga y otra y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor, igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes; y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachas y muchachos me dejan atrás porque me canso, y uno dice: "Ahí está la solterona"; y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: "A esa ya no hay quien le clave el diente". Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón."



- Vamos a trabajarlo, no le agreguen mayor tristeza de la que tiene, traten de decirlo objetivamente, así va a ser más terrible, la letra es fuerte.

Es tan desgraciada la situación de esta mujer que no necesitan agregar nada más.

- "Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que..." No memorizo bien lo que continúa.

- Primero tenés que saber el texto, porque nos transmitís la inseguridad, al mismo tiempo perdés las imágenes y el sentido del autor.

Una experiencia que yo he hecho para aprenderlos es incorporarlos en tareas rutinarias; por ejemplo, voy a hacer las compras repitiéndolos, así vas memorizándolo.

- "Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí."

- Apenas comenzás y ya empezaste a actuar la emoción en vez de sentirla; también enfatizaste la palabra "mucho".

- No me doy cuenta.

- Quizás es más fácil.

- No por eso solamente, sino porque se enseña así, es la costumbre que va mecanizándose.

Hay que estar alerta, un actor no puede entregar su arte a la costumbre, darle su existencia. Cada ser humano debe crear su propio camino.

Para decir el texto, andá apoyándote en las imágenes y en la resonancia de las palabras, que retumban casi físicamente; son ellas las que van a ir revelando el sentido en lugar de imponerlo nosotros.

Por otra parte, en esta frase hay numerosas imágenes: tenés que saber qué son esas "cosas" en que piensa, y qué quiere decir "fuera de mí". Luego viene una palabra que es básica: "y ahora qué".

- Lo voy a corregir. Con respecto al texto, quizás lleva una vida que no le es propia.

- Observá que la segunda parte de la frase lo aclara: "pensando en cosas que estaban muy lejos", allí estaba ella. No lo digas conceptualmente.

- Quise ser objetiva.

- Uno puede ser objetivo y tener imágenes vívidas, ¿qué imágenes te surgen?

- Un paisaje que está muy lejos.

_ ¡No! Es él que se ha ido, que está muy lejos, las cosas son él; cuando decís: "Pensando en cosas", aquí te tiene que surgir la imagen de tu amor y no un paisaje; "y ahora que estas cosas ya no existen..." el subtexto sería: "Voy a confersármelo de una buena vez, ya no existe. ¡Basta!" y a pesar de que sé que no existen, sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío buscando una salida que no he de encontrar nunca.

Ella misma se ha encerrado y no puede salir. "Buscando una salida, quiero salir", aquí hay toda una vivencia.

Un estudiante puede leerlo conceptualmente, en cambio un actor se pregunta qué representa. ¿Qué quiere decir “representar”?

- Hacer lo que uno no es.

- Recrear.

- Volver a presentar.

- Es volver a hacer presente algo que existía antes en la mente del autor, en su fantasía, y después, como reflejo, en la del actor, y crear el presente. Para eso, hay que imaginar toda la vida anterior.

El presente es el resultado de un pasado y a ese pasado, hay que crearlo.

- "Y ahora que estas cosas ya no existen sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca."

- ¿Cuál sería la salida?

- Conseguirse un novio y casarse.

- Puede tener un amante y no casarse.

- En esa época de España hubiera sido imposible, lo mejor sería que tuviera una ocupación que le gustara, que no es lo mismo por supuesto. No obstante, la tranquilizaría un poco.



Freud planteó que la salud mental se alcanzaba con dos sustentos fundamentales, el amor y el trabajo.



Evidente, con un trabajo ella se sentiría mejor; y lo que quiere es renunciar al recuerdo, no pensar más en él, salir de esa obsesión y encontrar algo, porque ella todavía lo espera.

La frase, seguís diciéndola mal.

- Es que lo manifiesto así, conceptualmente, porque tengo miedo de caer en un melodrama.

- Uno puede ser objetivo, informativo, y de todas maneras imaginar la situación de esta mujer.

Hedy ha dicho el texto, y continúa:

Lo he dicho y no pongo patetismo, no pongo casi nada, siento lo que pasa; la única manera de lograrlo es no diciéndolo enseguida: permití que antes te surja la imagen.

La alumna dice el texto y comienza a llorar.

- Disculpa que sea violenta, vos no sos la que tenés que llorar, no podés hacer ese vibrato emotivo, tenés que decirlo con mayor volumen de voz y fríamente, así te va a salir; de lo contrario te miran, se quedan afuera de la emoción y piensan: "Pobre mujer está llorando" y debe suceder lo opuesto, son los espectadores los que deben llorar.

- A mí me da una gran tristeza.



Voy a narrar un episodio que ilustra exactamente lo que explica Hedy, y que pertenece a mi propia experiencia.

Una tarde, el papá de una alumna vino a decirme que estaba separándose de su esposa. Su hijo de quince años se había tirado del balcón y la madre, creyéndolo muerto, había ingerido una fuerte dosis de barbitúricos.

Es interesante el estilo en que relataba su drama: frío, impertérrito, sin una lágrima, con silencios y pausas prolongadas que despertaban mi interés, mientras crecía en mí una angustia cada vez mayor. En definitiva, yo estaba acongojada ante la idea de esa familia destruida, y me preguntaba: "¿Cómo puede contármelo tan tranquilo?”



- Es que él no está tranquilo, ya se cansó de sufrir, se siente exhausto, agotado, por eso te lo cuenta prescindentemente.

Una vez en París me encontré con una compañera de la escuela primaria, en plena época de guerra, y le pregunté por su familia. Me respondió con frialdad: "No tengo más familia". Por supuesto que no le dije nada, sólo atiné a abrazarla y se quedó largamente en mis brazos, no derramó una sola lágrima, estaba vencida, quebrada, ni voz le quedaba.

- Claro, a cada uno que encuentra no va a contarle la historia.

- Por supuesto, habían matado a la familia en un campo de concentración y ella se salvó milagrosamente. En su intimidad, seguramente lloró de todas las maneras posibles hasta agotarse. Porque llega un momento en que no tenés más lágrimas y bordeás los límites de la muerte.

- ¿Lo hago nuevamente?

- Sí, fríamente, la tía le habla: "Rosita, no hablamos, tenemos que hablar, sal de tus cuatro paredes, hija mía. No te hagas a la desgracia, habla..."

Y ella decide hablar:

- "Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos."

- Miren qué interesante: Rosita habla del tiempo -”Me he acostumbrado a vivir muchos años..."- y del lugar -"...fuera de mí...”-, del presente, de su propia vida -"...pensando en cosas que estaban muy lejos"-. Luego viene un pensamiento que es una condena de sí misma, y se obliga a expresarlo: "Y ahora que estas cosas ya no existen..."

Lo dice por primera vez en veinticinco años. En este momento tiene cuarenta: en nuestro tiempo, a esa edad sería joven; en aquellos años y en España, es una vieja solterona.

- A mí no me parece que todavía fuera joven.

- Mirá, yo tengo ochenta y cuatro años y todavía no me siento vieja.

- "Y ahora que estas cosas ya no existen sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío buscando una salida que no he de encontrar nunca. Ya lo sabía todo, sabía que se había casado; ya se encargó..."

- ¿A quién se lo decís?

- No sé.

- Rosita se lo dice a la tía, ustedes hablan porque sí, hablar significa actuar, han perdido el placer y el sentido de las palabras; tendrían que sentirlas igual que cuando uno estudia un idioma y no lo conoce: entonces, experimentarían un placer casi físico. En este aspecto los niños son maravillosos, se quedan horas jugando y deletreando las palabras, primero los sonidos y después los conceptos.

Rememoro que al llegar a Buenos Aires estudiaba el castellano con el método Assimil, que se basa en la similitud de los idiomas, y comencé a descubrir sonidos y palabras hermosas. En ese momento estaba entusiasmada con la sonoridad de la palabra "óxido", todavía no sabía su significado y sucedió que la escuché en un kiosco de golosinas.

Una tarde lo dije con orgullo: "Me da caramelos óxidos": el hombre no entendió y yo insistí con mi mayor ingenuidad. ¿No querrá decir ácidos? Yo le contesté que sí, mas no era esa mi palabra; tiempo después comprendí los diferentes significados y recordándolo me divertía sola en mi casa.

La clase se ríe de la anécdota.

- "Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado, ya se encargó un alma caritativa de decírmelo.

- Vino una chica y le dijo: "Mirá yo voy a contártelo porque soy tu amiga, y francamente tenés que saberlo."

Por supuesto que es una falluta.

- ¿No puede ser una buena amiga, que quiere ayudarla?

- Si puede ser, pero el autor dice: "un alma caritativa", con cierta sorna, hubiera podido decir "mi amiga".

- "Y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión..."

- Tenés que crear la ilusión, el autor lo escribió.

- "Con una ilusión llena de sollozos que aún a mí misma me asombraba. Si la gente no hubiera hablado."

- Imaginate que después de veinticinco años es la primera vez que se decide a hablar. Y lo dice objetivamente: "Si la gente no hubiera hablado...” ella habría seguido con su ilusión.

- "Si vosotras no lo hubierais sabido..."

- Aquí hay una pausa, esperá y hacé un cambio de aire.

- "Si vosotras no lo hubierais sabido; (aire) si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia."

- Todas estas palabras son imágenes y vos no las tenés.

- "Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo..."

- ¿Qué es el dedo?

- Que todos sabían que se había casado menos ella.

- Dice se encontraba señalada por "un dedo", no por varios dedos.

- Por ejemplo, un vecino que la ve sentada en la plaza y comenta, señalándola con un dedo: "Allá está ella esperándolo, y él casado con otra."

- "Que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera."

- Cambiá el aire para la nueva frase: la anterior es una sola idea, la que continúa es fuertísima, no le agregues nada, que así va a ser fantástico.

- (Aire) "Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo."

- Decís la letra. "Cada año que pasaba" es una idea distinta y tenés que sentir los años que pasaron, y hacés una pausa porque le cuesta decir lo que sigue, "era como una prenda íntima..."; luego otra pausa, y continuás con los detalles.

No podés subir los escalones uno tras otro sin descanso, tampoco estar con un pie en el primero y otro en el quinto, tenés que ir piso por piso, imagen por imagen.

"Cada año que pasaba (pausa) era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo (pausa). Y hoy se casa una amiga...” etc.

- "Y hoy se casa una amiga y otra y otra..."

- No las ves a tus amigas.

- "Y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor, igual..."

- Este segundo "igual" es terrible y te quiero decir que vos también seguís igual, actuando la emoción.

Vamos a hacer este ejercicio diciendo el texto lo más objetivamente que puedas, de la siguiente manera:

1) Primero relajarse hasta el corazón. Después decir la letra apoyándose en las imágenes y en la resonancia de las palabras, para que sean ellas las que nos revelen el sentido del texto, en lugar de imponerlo nosotros.

La alumna dice el texto.

- Bastante bien, háganlo en su casa y ténganlo en cuenta para cuando un papel no les resulte claro: al decir el texto objetivamente, van a descubrir la dificultad.

La Maestra indica el paso siguiente:

2) Ahora díganlo recargando la emoción, exageradamente.

La alumna repite el texto con la intención marcada por Hedy.

3) Por último, sin nada de emoción, en blanco.

Lo dice con mucha dificultad.

- ¿Qué te pasó?

- No puedo decirlo sin emoción.

- Así es, la palabra tiene su propia acción y la emoción salta a pesar de uno; si digo: "alegría o pena" informativamente, de todas maneras la acción de la palabra repercute.

Es imposible no poner nada: por el contrario, si para que el texto resulte bien objetivo negamos lo emocional, va a surgir a pesar nuestro. Entonces ofrecemos la emoción más profunda, más contenida y decantada.

- ¡Qué interesante! Es increíble que uno trate de retenerla y de todas maneras surja.

- Reconozco que los señalamientos de Hedy son espléndidos, aunque me duela que me diga que no soy yo la que debe llorar sino el público.

- Quiero preguntarles: ¿Qué otro significado podría dársele a este texto?

- Quizás una persona que se le murió el hijo, porque estaba desaparecido y alguien le dijo que lo había visto vivo. "Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos." Luego le avisan que lo mataron. "Y ahora que esas cosas ya no existen".

- Bien, sigamos.

- "Yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes..."

- Cuidado con esos tres "mismo", sólo el primero es valioso.

- "Y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachas y muchachos me dejan atrás porque me canso, y uno dice..."

- Tené en cuenta la "ch" de “muchachas y muchachos”, que suena feo, no le des fuerza, suavizalo.

- " ‘Ahí está la solterona’; y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta..."

- Este podría ser su hijo.

- " ‘A esa ya no hay quien le clave el diente’. Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón."

- Está mejor, date tiempo, no te apurés, Rosita está exhausta, por eso lo dice casi fríamente.

- ¡Qué complicado es expresarlo!

- Nada es inexpresable, con la condición de inventar la expresión Y no se trata de detenerse solamente en los detalles sino de dominar el conjunto, todo interacciona. Un estilo amplio y sostenido será siempre más agradable que uno corto y apresurado.

- ¿Y qué es el estilo?

- El carácter propio que da a su obra el autor, el reflejo del corazón, del pensamiento, y de su personalidad.

El mejor actor es aquél que sabe expresar el pensamiento, sentimiento y carácter del autor, que sabe descubrir su belleza y trabajar el aspecto de las palabras que remite a su propia historia.



* * *



b) El acento dinámico de la frase. Práctica con el prólogo de El zoo de cristal, de Tennessee Williams.2



"Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga pero soy todo lo contrario del prestidigitador común. Este, les brinda a ustedes una linda ilusión con las apariencias de la verdad. Yo, les doy la verdad con las gratas apariencias de la ilusión. Los llevo a una callejuela de Saint Louis. La época en que transcurre la acción es el lejano período en que la enorme clase media de los Estados Unidos se matriculaba en una escuela para ciegos. Sus ojos les fallaban, o ellos fallaban a sus ojos, y por eso se les oprimía enérgicamente los dedos sobre el feroz alfabeto Braille de una economía en desintegración. En España, había revolución. Aquí, sólo había gritos y confusión y conflictos obreros, a veces violentos, en ciudades por lo demás pacíficas como Cleveland... Chicago... Detroit... Esa es la atmósfera social en que se desarrolla la acción de esta comedia. Esta comedia son los recuerdos (Se oye música). Como es una comedia de recuerdos, hay poca luz, es sentimental, no es realista. En la memoria, todo parece acontecer con música. Ello explica el violín que se oye, entre bastidores. Yo soy el narrador de la comedia y también uno de sus personajes. Los otros son mi madre AMANDA, mi hermana LAURA, y un candidato matrimonial que aparece en las escenas finales. Este es el personaje más realista de la pieza, por ser el emisario de un mundo del cual, en cierto modo, estábamos separados. Pero como tengo la debilidad de un poeta por los símbolos, uso a este personaje como el demorado pero siempre esperado algo por el cual vivimos. Hay un quinto personaje que sólo aparece en una fotografía colgada de la pared. Cuando vean la imagen de este sonriente caballero, sírvanse recordar que es nuestro padre, que nos abandonó hace mucho tiempo. Era un telefonista que se enamoró de la larga distancia; de modo que renunció a su empleo en la compañía telefónica y huyó de la ciudad. La última noticia que tuvimos de él fue una postal de la costa mexicana del Pacífico, con un mensaje de dos palabras: "¡Hola, adiós!", y sin dirección. Creo que el resto de la comedia se explicará por sí mismo (Se encienden las luces en el comedor)."



- Comenzá a decirlo y marcá las palabras preponderantes de la frase.

- "Tengo trucos en el bolsillo -y cosas bajo la manga- pero soy todo lo contrario del prestigitador común."

- ¡Cuidado con la dicción!, prestidigitador: qué palabra, ¿eh?

- "Este, les brinda a ustedes una linda ilusión con las apariencias de la verdad."

- No me convence. ¿Cuáles son las palabras preponderantes?

- "Ilusión y verdad."

- "Este, les brinda a ustedes una linda ilusión con las apariencias de la verdad. (Pausa) Yo, les doy la verdad con las gratas apariencias de la ilusión. (Pausa) Los llevo a una callejuela de Saint Louis. La época en que transcurre la acción..."

- Un momentito, está mal tu marcación, uniste "Saint Louis" y "la época", son temas distintos. El nos habla en principio del lugar en donde transcurre la acción, después nos dice cuándo: "La época en que transcurre la acción es el lejano período en que... etc.". Luego, lo pone en comparación.

- "Los llevo a una callejuela de Saint Louis. (Pausa). La época en que transcurre la acción, (pausa) es el lejano período en que la enorme clase media de los Estados Unidos se matriculaba en una escuela para ciegos."

El alumno se ha quedado sin aire.

- Cuando hay dos frases cortas, uno ya tiene que saber por experiencia cuánto aire necesita. Después viene una frase más larga, tomás aire, y antes de meterte con la frase, debés calcular la cantidad de aire en su totalidad.

- "Sus ojos les fallaban, o ellos fallaban a sus ojos, y por eso se les oprimía enérgicamente los dedos sobre el feroz alfabeto Braille de una economía en desintegración."

- No viste nada, era un incesante palabrerío vacío, sin contenido.

- Es que las palabras me llevan, me arrastran.

- Cuando el lenguaje es tan impetuoso, hay que expandir aún más la conciencia y crear firmes subtextos que puedan frenarlo.



Es lo mismo que cuando se baja por una calle en pendiente: si nos dejamos llevar, nos estrellamos; debemos poner frenos. Por otra parte, la gente no va al teatro a escuchar hablar a un actor, va a verlo actuar y para ello debe existir la acción.

Matthias Claudius, un poeta alemán, ha expresado este concepto de un modo clarificador:

"No se tiene la cosa por el solo hecho de poder hablar y de hablar, en efecto, de ella. Las palabras no son sino palabras, y cuando las veas deslizarse ligera y ágilmente, ponte en guardia; porque los caballos que llevan tras sí el carro cargado de presas van con paso más lento."3



- "Sus ojos les fallaban, (pausa) o ellos fallaban a sus ojos, (pausa) y por eso se les oprimía enérgicamente los dedos (pausa) sobre el feroz alfabeto Braille de una economía en desintegración."

- Mejor.

- "En España, había revolución (pausa). Aquí, sólo había gritos (pausa) y confusión (pausa) y conflictos obreros, (pausa) a veces violentos, en ciudades por lo demás pacíficas como Cleveland... Chicago... Detroit... (pausa psicológica). Esa es la atmósfera social en que se desarrolla la acción (pausa) de esta comedia."

- No podés separar con una pausa "acción" de lo que sigue. "Esa es la atmósfera social en que se desarrolla la acción de esta comedia." Es una sola idea.

- "Esta comedia son los recuerdos (pausa). Como es una comedia de recuerdos..."

- Está mal, no es así, tenés que decir la primera frase en tono informativo. Luego tomás aire y continuás: "Como es una comedia de recuerdos..." Y la segunda vez que digo "recuerdos", lo hago igual que si repitiera la primera, a fin de decirles a los espectadores: no se olviden de que dije "recuerdos", subrayando la palabra como si estuviera escrita por el autor entre comillas.

- "Como es una comedia de recuerdos, hay poca luz, es sentimental, no es realista."

- Entre una imagen y otra, tenés que hacer una nueva respiración.

- "Hay poca luz, (pausa pequeña) es sentimental, (pausa pequeña) no es realista."

- Y viene algo nuevo.

- "En la memoria, todo parece acontecer con música."

- ¿Por qué le das fuerza y tanta importancia a la palabra todo? No tiene ninguna.

- "En la memoria, todo parece acontecer con música. (Pausa) Ello explica el violín que se oye..."

- Vos no lo oíste.

- "Ello explica el violín que se oye, entre bastidores. (Pausa) Yo soy el narrador de la comedia."

- ¿Qué error cometió?

- No valorizó "el narrador" y en cambio destacó "la comedia".

- Así es: la comedia no tiene ninguna importancia, ya sabemos que se trata de una comedia.

- "Yo soy el narrador de la comedia y también uno de sus personajes. Los otros son mi madre."

- Si lo decís así, se van a enterar de que sos el narrador, uno de sus personajes y luego también los otros, aunque sin demasiado interés; el secreto es crear continuamente suspensos y si tienen una situación, mejor, así van a preguntarse: ¿Y qué pasa?, ¿qué sucede?

"Yo soy el narrador de la comedia (pequeña pausa) y también uno de sus personajes (pequeña pausa). Los otros... -pausa suspensiva, y, tomando aire, seguís como si fuera una actuación, no disimulés al tomar aire, hacé que sea una expresión- son mi madre Amanda..." etc.

- "Yo soy el narrador de la comedia (pausa) y también uno de sus personajes (pausa). Los otros... (toma aire) son mi madre AMANDA, mi hermana..."

- Aquí introducís un personaje, y al igual que con los que siguen, debés presentarlos.

- "Los otros son... (toma aire) mi madre AMANDA, (pausa), mi hermana LAURA, (pausa) y un candidato matrimonial que aparece en las escenas finales. (Aire) Este es el personaje más realista de la pieza, por ser el emisario de un mundo del cual, en cierto..."

- Está mal, la palabra valiosa es "mundo": si decís "mundo del cual", acentuando esta última frase, nadie va a entenderte.

- Es que me guié por las comas.

- Ya les dije que no hay que respetar las reglas gramaticales, lo importante son las imágenes.

- "Por ser el emisario de un mundo del cual, en cierto modo, estábamos separados. (pausa) Pero como tengo la debilidad de un poeta por los símbolos, (pausa psicológica) uso a este personaje como el demorado pero siempre esperado algo por el cual vivimos."

- Está mal, yo siempre espero algo, ese algo que se demora y puede demorarse toda mi vida y no conseguir lo que quería. Ese personaje es un símbolo, es el único de la obra que consigue todo. ¿Qué esperan ustedes en la vida?

La pregunta no obtuvo respuesta y ella prosiguió.

- Algo que siempre han anhelado y no han conseguido.

- Y siempre esperamos conseguir.

- Sí, a pesar de que se demora, uno siempre piensa que va a conseguirlo, es la esperanza. Ustedes piensen en ese "algo", deben concebirlo dentro de ustedes.

- "Como el demorado..."

- Aquí, detenete y tomá aire. Hay que crear suspensos a través de las pausas y la respiración.

- "Como el demorado...(pausa suspensiva) pero siempre esperado algo por el cual vivimos."

- No, la otra vez cometiste el mismo error, el "esperado" no tiene ninguna trascendencia, son "demorado" y "algo" las palabras fundamentales.

- "Como el demorado... (pausa suspensiva) pero siempre esperado algo por el cual vivimos."

- Lo hiciste bien, aunque me estás imitando, porque tenés buen oído y das mi entonación, tenés que hacerlo tuyo.

Yo voy a cumplir ochenta y cinco años y ya no tengo qué esperar. A la edad de ustedes tenía muchas cosas que quería y las esperaba siempre, ahora les confieso que no lo he logrado y considero que ya no voy a lograrlo nunca. Este personaje no es así y espera algo.

- "Como el demorado..."

- No, está mal, te dejaste influir por mi sentimiento y lo hacés triste, tiene que ser tu sentimiento y no el mío el que debés transmitir, tus propias imágenes.

Fíjense en esta frase: hay algo misterioso. Se dice que las palabras son vehículos de conceptos, y por lo tanto no tendrían carga emotiva, y yo creo que sí la tienen. Si en una frase se dice "que hay algo que se demora" y a pesar de ello nosotros lo "esperamos siempre", debe de haber algo que misteriosamente se transmite en la palabra.

- "Como el demorado pero siempre esperado algo por el cual vivimos."

- Lo hacés mal, porque no hacés el contraste entre "demorado" y "algo". Por ejemplo: "María se apura, pero siempre llegar tarde"; las palabras "apura" y "tarde" son las principales.

- "Hay un quinto personaje que sólo aparece en una fotografía colgada de la pared. (Pausa) Cuando vean la imagen de este sonriente caballero, (pausa) sírvanse recordar que es nuestro padre, (pausa) que nos abandonó hace mucho tiempo. (Pausa) Era un telefonistaque se enamoró de la larga distancia..."

- ¿Por qué "telefonistaque"? No podés decir un pronombre relativo pegado al sustantivo.

- "Era un telefonista que se enamoró de la larga distancia; (pausa) de modo que renunció a su empleo en la compañía telefónica (pausa) y huyó de la ciudad... (Pausa psicológica). La última noticia que tuvimos de él fue una postal de la costa mexicana del Pacífico, con un mensaje de dos palabras: (pausa psicológica) "¡Hola, adiós !", y sin dirección. (Pausa) Creo que el resto de la comedia se explicará por sí mismo."

- Está bien, aunque te falta crear la tarjeta y verla, exactamente como si la recibieras hoy, y la leyeras, se entiende que en el recuerdo.



* * *



c) El diálogo interior. Práctica con un monólogo de El mercader de Venecia.



La Maestra comienza la clase preguntándonos sobre el monólogo.

- ¿Alguna vez hicieron un monólogo?

- Sí, el de Doña Rosita.

- Y, ¿qué es un monólogo?

- Cuando uno habla solo.

- Cuando habla un solo personaje, querrás decir.

- También con otros personajes, aunque está solo.

- Cuando se habla separándose de los otros, para sí mismo.

- La palabra viene del griego "mono" -que quiere decir solo, único-, y "logo", que creo que es tratado o relato.

- Entonces sería el relato de uno solo.

- El monólogo es siempre un diálogo, nunca uno habla solo, porque no somos un solo "yo", sino varios. Cuando estudien un monólogo, imagínense que son varios los que hablan.

Vamos a dedicarnos a este texto de Launcelot, de El mercader de Venecia.4

"Ciertamente, la conciencia me hará abandonar la casa de ese judío mi amo. El demonio me toca en el codo y me tienta, diciéndome: ‘¡Gobbo, Launcelot Gobbo, buen Launcelot!’ o ‘¡Buen Gobbo!’ o ‘¡Buen Launcelot Gobbo, servíos de vuestras piernas, dejad el campo, poneos en franquía!’. Mi conciencia me dice: ‘No; ten cuidado, honrado Launcelot; ten cuidado honrado Gobbo’; o, como he dicho anteriormente: ‘Honrado Launcelot Gobbo, no te escapes; desprecia la idea de poner pies en polvorosa’. Pero el intrépido demonio me ordena liar el petate: ‘¡Vía!’ dice el demonio. ‘¡Largo!’, dice el demonio. ‘En nombre del cielo, toma una resolución enérgica y parte’, dice el demonio. A su vez, mi conciencia, colgándose del cuello de mi corazón, me dice estas prudentísimas palabras: ‘Mi honesto amigo Launcelot: tú que eres el hijo de un hombre honrado...’ Valdría mejor decir el hijo de una mujer honrada, porque, para decir verdad, mi padre tuvo cierto resabio, cierta inclinación, cierto gusto especial. Mi conciencia me dicta, pues: ‘¡Launcelot, no te muevas!’ ‘¡Muévete!’, dice el demonio. ‘Conciencia -le digo-, no me aconsejes mal’. ‘Demonio -le contesto-, me aconsejas bien’. Si me dejo gobernar por mi conciencia, me quedaré con el judío mi amo, que es una especie de diablo; si me escapo de la casa del judío, tomaré por amo al demonio, quien salvando vuestros respetos, es Satanás mismo. Ciertamente, el judío es una encarnación del propio diablo; y, en conciencia, mi conciencia es una especie de conciencia sin piedad, por aconsejarme que me quede con el judío. Es el demonio quien me da el consejo más amistoso. Me escaparé, demonio; mis piernas están a tus órdenes. Me escaparé."

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