miércoles, 25 de julio de 2007

Teoria y Practica

Práctica con un texto de La mancha de humedad, de Juana de Ibarbourou.3



"Hace algunos años, en los pueblos del interior del país, no se conocía el empapelado de las paredes. Era éste un lujo reservado apenas para alguna casa muy importante, como el despacho del jefe de Policía o la sala de alguna vieja y rica dama de campanillas. No existía el empapelado, pero sí la humedad sobre los muros pintados a la cal. Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo. Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un deforme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo, una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares capaces de sufrir las flores y los paisajes del papel más abigarrado. En esa mancha yo tuve cuanto quise: descubrí las islas de Coral, encontré el perfil de Barba Azul y el rostro anguloso de Abraham Lincoln, libertador de esclavos, que reverenciaba mi abuelo; tuve el collar de las lágrimas de Arminda, el caballo de Blanca Flor y la gallina que pone huevos de oro; vi el tricornio de Napoleón, la cabra que amamantó a Desdichado de Brabante y montañas echando humo de las pipas de cristal en que fuman sus gigantes o sus enanos."



- En primer lugar, antes de leer un texto en voz alta, hay que recorrerlo con la mirada para saber qué nos dice el autor. Luego, comenzar a decirlo.

- "Hace algunos años, en los pueblos del interior del país no se conocía el empapelado de las paredes. Era éste un lujo reservado apenas para alguna casa muy importante como el despacho del jefe de Policía o la sala de alguna vieja y rica dama de campanillas. No existía el empapelado pero sí la humedad...

- No lo veo. Cuando uno lee siempre hay que hacerse una imagen. ¿Cuál era el empapelado que no existía?

- El de la pared.

- Tenés que verlo, poder detallarlo y contármelo. Cuando vos lo decís, el público debe verlo porque le transmitís una imagen, que es lo primero que surge.

- "No existía el empapelado pero sí la humedad sobre los muros pintados a la cal."

- Fijate que dentro de una frase siempre hay una o dos palabras que son las más importantes, las que nos dan la idea.

- ¿Y cómo me doy cuenta?

- Buscando las palabras imprescindibles, las que no podés sacar.

- ¿De qué manera?

- Bien sencillo, tomás un lápiz y en el papel las vas marcando, aquí la palabra fundamental es "empapelado". Vos acentuaste "humedad" y "cal".

- "No existía el empapelado pero sí la humedad sobre los muros pintados a la cal."

- Está bien el "empapelado": no obstante, te apurás y perdiste la "humedad", que es la segunda palabra en orden de importancia.

- "Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo."

- ¿Cuál es la palabra imprescindible?

- "Descubrir".

- Y después tenés que dar relieve a "soñar".

- "Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo."

Luego la alumna dice la frase siguiente rápidamente.

- "Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un deforme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo..."

- ¿Adónde vas tan apurada? Todavía no terminaste con la camita y la mezclás con las lluvias, no pude imaginarme nada de lo que dijiste.

- Es que me confunde tanto texto.

- Y eso es lo que me transmitiste, una gran confusión, tengan cuidado que cuando uno hace una imagen la contagia.

- "Una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares."

- Aquí sucede algo extraño: dijiste "Una-gran-mancha-de-diversos-tonos-amarillentos-rodeada-de-salpicaduras-irregulares."

Si vos marcás todas las palabras, no marcás ninguna, pierde su eficacia, ¿por qué lo dijiste así, deletreando?

- Quería ser clara.

- La claridad tiene que estar en las imágenes, debés verlas. ¿Qué describe el relato?

- Que frente a su camita, en la mancha de humedad que está en la pared, puede descubrir otras imágenes con su imaginación.

- ¿Cuáles son?

- Rosas talladas.

- No, eso está en la cama.

- Leélo nuevamente.

- "Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo. Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un enorme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo, una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares capaces de suplir las flores y los paisajes del papel más abigarrado."

- Narra que esa mancha de humedad fue capaz de suplir ese papel.

- Sí, porque reemplaza la imagen, la está inventando, se la imagina; hay manchas que pueden crear imágenes distintas. ¡Fíjense, qué interesante!, aquí hay una frase que transmite distintas cosas, primero una camita de jacarandá con rosas talladas, luego las lluvias y después representa una serie de cosas de cuentos de hadas.

- "En esa mancha yo tuve cuanto quise: descubrí las islas de Coral, encontré el perfil de Barba Azul y el rostro anguloso de Abraham Lincoln, libertador de esclavos, que reverenciaba mi abuelo; tuve el collar de las lágrimas de Arminda, el caballo de Blanca Flor y la gallina que pone huevos de oro, vi el tricornio de Napoleón, la cabra que amamantó a Desdichado de Brabante y montañas echando humo de las pipas de cristal en que fuman sus gigantes o sus enanos."

- Sí, pero vos lo leíste casi informativamente y no transmitiste las imágenes.

- Es que no las tengo.

- Entonces tenés que ponerte a estudiar las imágenes que vas descubriendo en el texto.



Y con respecto al lenguaje:

Cada texto tiene una frase.

Cada frase tiene una palabra clave.

Cada palabra tiene una sílaba.

Cada sílaba tiene una vocal.



- ¿Cómo sería?

- Por ejemplo, en este último texto, ¿cuál es la frase más significativa?

- "En esa mancha yo tuve cuanto quise."

- ¿Y la palabra más importante?

- "Mancha".

- ¿Y la sílaba?

- "Man" y la vocal "a".

- De esta manera pueden estudiar los textos.

- ¿Quiere decir que un texto, hay que estudiarlo palabra por palabra, letra por letra?

Y Hedy -sonriendo- le dijo:

- No te asustés, después de adquirido e incorporado, resulta fácil.

Para terminar, no se olviden de que para poder dominar el arte de hablar del actor, deben conocer sus leyes y aprender a manejarlas a modo de una segunda naturaleza.





3. La palabra y la acción.



Palabra y comunicación. Palabra, pensamiento, sentimiento, imagen e imaginación.



En esta lección, Hedy nos señala que habiendo establecido un primer contacto con la palabra, si bien no dominamos la técnica, ya tenemos algunos elementos que nos pueden guiar en el aprendizaje.

- ¿Qué es la palabra en acción?

- La palabra través del gesto.

- Decir “la palabra en acción” no es lo mismo que decir “la palabra es una acción”.

- La palabra en un texto tiene un sentido, y el actor debe rescatarlo para expresarlo.

- Bueno, es un poco vago el asunto, la palabra -naturalmente- significa algo, pero... ¿cuál es el fin de la palabra?

- Llegar a la platea...

- El actor no siempre hace monólogos: también está en el escenario con otras personas.

- ...Llegar al actor.

- ...Al otro actor: no hay que pensar en la platea. Yo digo que el objetivo de la palabra en el actor es la comunicación con los espectadores. Pero esto es demasiado básico y general, a menos que se trate de un texto dirigido al público, que lo enfrente y le hable: "Respetable público". En la mayoría de los casos, el actor se comunica con el compañero.

Este hecho de la comunicación, de acercar, participar, dar a otro lo que uno tiene, es primordial, no hay que olvidar que el compañero es lo más valioso.



Al respecto, Stanislavsky escribió: "Si escuchamos a otro, primero captamos con el oído lo que nos está diciendo y luego vemos con el ojo lo que hemos escuchado."



- Y allí, en el ojo, se refleja la comprensión y la comunicación. Yo te digo a vos: "Esta mañana vino acá un hombre extraordinario", ¿qué surge en tu mente?

- Que físicamente era un hombre extraordinario.

- ¿Y a vos?

- A mí me parece que se trataba de un hombre extremadamente inteligente.

- En cambio yo pienso que fue un plomero extraordinario, porque me arregló los caños del baño sin romperlos.

- Entonces... ¿en qué piensan cuando les digo que vino un hombre extraordinario?

- Nos despierta varios interrogantes y cada uno piensa en algo distinto.

- Esto es lo que me interesa, que una frase cualquiera no es una simple enunciación de un hecho, sino una impresión o un juicio capaz de determinar una acción. Pero... ¿qué les pasa en su mente?

- Me surge una imagen.

- ¡Ahí está! Surge una imagen, distinta en cada uno, y esa imagen está vinculada con una palabra que no sólo es un concepto, la idea puramente intelectual de un "hombre extraordinario", sino una vivencia.

Y la palabra está siempre ligada a ella, en el teatro y en la vida, como manifestación espontánea del inconsciente o evocada por la conciencia, aunque al actor no siempre le surjan las imágenes y entonces sea necesario crearlas.

Si digo, por ejemplo: "¡Qué lindo día!", ¿qué imagen les aparece?

- Un día de sol con un cielo sin nubes.

- Para mí, un día lindo para estar en un bosque con una suave brisa.

- En cambio para mí, es lindo porque mi hijo cumple un año.

- O porque es una mañana lluviosa, y me digo: ¡Qué lindo día para dormir!

- Y mi mañana está hermosa, pero me da rabia porque no puedo salir a disfrutarla, tengo que cocinar.

- En estas dos últimas imágenes surgieron también pensamientos. Las ideas y las imágenes se necesitan para la acción, o sea para la comunicación de los actores entre sí.

Traten de decir de varias maneras "¡Qué lindo día!".

Ante la propuesta, la frase surge con distintas inflexiones de voz para transmitir significados opuestos: ¡Qué lindo día! (para... irse de vacaciones, ir al mar, tomar sol, pensar en su amor que no está). Algunos de los alumnos dicen el texto mecánicamente.

- Las imágenes obligan a actuar y esta acción se expresa cuando la transmitimos al otro, por ejemplo: un amigo me llamó ayer por teléfono y me dijo que si hoy era lindo día iba a venir a buscarme para ir a pasear, y resulta que no tengo ganas. Al despertarme, veo que el día es lindo, mi amigo viene a buscarme y me dice: "¿Viste qué lindo día?" Y le contesto: "Sí, que lindo día" (de porquería, hubiera agregado). “Qué, ¿no querés salir?", me reprocha. En cambio, si hubiera amanecido nublado y lluvioso, entonces hubiera dicho muy contenta: "¡Qué lindo día!", porque así no salía.

Al tener la imagen, entra a trabajar la acción de la palabra, que consiste en transmitir al otro lo que uno ve y piensa, y el otro recibe también esa potencia evocadora y movilizante.

El lenguaje refleja la vida, impulsa a la palabra a servir a la acción, a realizar un fin.

Les voy a narrar un episodio que tal vez ilustre el sentido de lo que les digo.

Lugar de la escena: una plaza en un barrio obrero, el barrio de Plaza Italia en París, Francia.

Tiempo: fines de septiembre de 1939.

Personajes: un joven obrero, un hombre maduro y yo.

Los diarios comunican con grandes títulos: "Hitler invade Polonia". Todo el mundo sabe que eso significa la guerra: Francia acaba de ordenar la movilización general, el estado de ánimo de la población es gris, las caras de las personas que cruzan la plaza son también grises. Yo, entre ellos, con el corazón gris, gris.

Un hombre maduro viene cruzando mi camino desde la izquierda, profundos surcos se ven en la cara como cuchilladas recién recibidas. Un joven obrero, desde mi derecha, viene caminando, cantando. El hombre maduro se detiene un momento, y cuando se cruza con el obrero le dice despectivamente: "Callate, no vas a seguir cantando mucho tiempo más". El joven obrero, sin interrumpir su camino le contesta: "Imbécil, estoy cantando para vos", y sin inmutarse continúa su camino.

Yo me siento de pronto invadida por una felicidad profunda, por un aire distinto y junto a él, me digo: "¡Aaaaah!, la vie...!"

Vuelvo la cabeza para mirar al hombre maduro y casi no lo reconozco, los surcos han desaparecido, una sonrisa empieza a nacer en sus ojos hasta inundarle toda la cara, y en un murmullo dice: "Merde alors". Recorre unos pasitos, se agacha, agarra unas piedritas del suelo y comienza a tirarlas suavemente una tras otra, prosiguiendo su camino hasta perderse de vista.

Recuerdo un viejo dicho jasídico: "Hay personas que sufren una terrible pena y no pueden expresar lo que les pasa en el corazón, y van por ahí llenos de ella." Y ocurre que se cruza en su camino un hombre de cara sonriente que les da nueva vida con su alegría y... ¿verdad que no es pequeña cosa, dar nueva vida a una persona?

¡LA ACCION DE UNA PALABRA!

Fíjense el recorrido que hace. Desde: "Imbécil estoy cantando para vos", a "¡Aaaaah, la vie!", a "Merde alors", al dicho jasídico que aparece en mi mente, después de cuarenta años.

¡Vaya ACCION DE UNA PALABRA!



* * *

Práctica con una frase.

- Quiero que hagan un ejercicio sencillo con la siguiente frase: "EL VESTIDO ROJO QUE ANA COMPRO AYER LE FUE ROBADO EN EL TEATRO."

Primero lo dicen como informándole al administrador del teatro.

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- Marcaste la palabra "robado" y yo dije que lo digan informativamente, neutro, sin tomar parte.

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- Le diste mucha fuerza a la palabra "teatro", a fin de resaltar que se lo robaron en el teatro y no en el cine.

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- Acentúa las palabras "rojo y teatro", no sos objetiva, sucede que te da lástima que se lo robaron.

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- Demasiado "rojo".

- Es que en sí la palabra "rojo" es en extremo fuerte dentro de la frase.

- Sí, es cierto que la entonación misma de la frase marca ciertas palabras (en verdad se trata de un asunto de especialistas en fenómenos idiomáticos, algo que opera intuitivamente cuando hablamos) pero, sin llegar a profundizar en conceptos lingüísticos, quiero que se ejerciten en el "decir", para que sientan las palabras y puedan desarrollar su acción.

- Trabajándolas tanto ¿no van a perder frescura y transparentar el esfuerzo?

- No, porque primero hay que dominar la técnica y después olvidarla. Ahora marcá "rojo".

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro.

- Marcaste "rojo", "ayer" y "teatro".

- ¿Cómo se hace?

- Si marcamos enfáticamente algo, se supone que debemos de tener un motivo.

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- Está mal, vos tratás de hacerlo con el tono, tenés toda la frase en un "do" y al decir "rojo" la ponés en un "si". Te voy a ayudar, ¿así que el vestido verde que Ana compró ayer le fue robado en el teatro?

- No, el vestido rojo.

- Ahí está, el vestido rojo, no el verde, que no lo trajo. Distinguí "Ana", me informás que "Ana compró ayer".

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

La alumna dijo la palabra "Ana" sin darle sentido.

- No la veo a Ana, debés buscar una situación. ¿Por qué una persona va a marcar la palabra "Ana" en esta frase?

- Porque es Ana, no es Esther ni Beatriz: es Ana.

- Naturalmente, no es Beatriz ni Esther. ¡Tengan cuidado! La palabra que acentuamos es un dedo que señala. Marcá "compró".

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro.

- La palabra "compró" está bien, en cambio "teatro" tiene mucha fuerza, y "ayer", ninguna. ¿Qué situación te imaginaste para marcar fuerte la palabra "compró"?

- Que no se lo regalaron, ni lo robó: lo compró.

- Y encima que lo compró se lo robaron. Señalá la palabra "ayer".

- "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro.

- Te falta énfasis, vos manifestás un concepto, es una vivencia; la mayoría de los actores dicen conceptos. Las palabras no pueden expresarse mecánicamente, sin su contenido interior; cada vez es mayor la inexpresividad en el hablar de la gente, y sin darse cuenta se filtran estas maneras dentro de uno. ¡Estén atentos!

- Ayer fue un día especial.

- No te va a alcanzar para destacar "ayer". ¿Por qué fue un día especial?

- Porque justo ayer, ayer se lo compró. "El vestido rojo que Ana compró ayer le fue robado en el teatro."

- No es creíble que fue "ayer". ¡Qué barbaridad! (lo dice enojada) "Ayer, justo ayer que lo compró." Tenés que ser convincente en lo que decís.

- Es que me cuesta enojarme.

- Vas a tener que aprender, entonces... ¿De qué depende la marcación de una palabra?

- De la imagen que uno tiene.

- Con la imagen solamente no alcanza, es la imagen viva, es una vivencia. Y entonces entra a trabajar la acción que, como ya les dije, consiste en transmitir al otro lo que uno ve y piensa. Deben comunicarse con la mirada y que sea luego la palabra que la establezca: hay que verificar si ha sido captada y sólo entonces pueden pasar a la siguiente.

Para enunciar aun las cosas mínimas hace falta que el pensamiento se convierta en acción y se imponga por el lenguaje.

“¡Qué barbaridad! En este teatro roban, pero... ¿en qué teatro no roban?, es la primera vez que esta pobre chica actúa, ¿no se da cuenta de que roban en todos los teatros?” Entonces, estos pensamientos que me vienen surgen en la persona que escucha y siendo así... te pregunto ¿dónde robaron el vestido?

- En el teatro.

- Y aquí ya puede iniciarse una conversación. Ustedes observen así que una simple frase se convirtió en una acción y fueron las imágenes internas las que crearon todas las circunstancias dadas; tienen que usar el mismo método cuando leen a un autor.

- ¿Qué sucede cuando no me surge ninguna imagen?

- Nuestra visión no siempre refleja la realidad, sino la ficción que ha sido ideada por la imaginación creadora. Se requiere una verdad aunque sea inventada, que pueda creerse y vivirse.

- ¿Y qué pasa si uno tiene una imaginación pobre?

- Posiblemente tengas una imaginación perezosa o esté dormida, por eso tenés que desarrollarla con ejercicios, porque todo lo que se hace o se dice en el escenario es el resultado de la imaginación.

- Yo tengo el problema inverso.

- La imaginación es una loca, hay que guiarla, contenerla, utilizarla a modo de instrumento, nunca por sí misma.



Stanislavsky sostiene que hay que marcarse un objetivo, para lo cual uno tiene que ser capaz de contestar a las preguntas: qué, quién, cuándo, cómo, dónde, por qué, para qué. Ocurre que imaginar en general es una ocupación estéril, hay que preparar y dirigir concientemente a la imaginación.



- ¿Y si uno no la tiene?

- No puede dedicarse al arte; aunque tampoco tenerla es garantía de ser artista: se tienen imágenes según la imaginación de cada uno, pero crear imágenes es un arte; su originalidad y vivacidad dependen del talento. Una imagen es una relación de comparación, nacida del cerebro que piensa y el ojo que mira. Hay que aprender a que sean verdaderas y claras y evitar el mal gusto, el lugar común y el clisé.

Veamos un ejemplo: ¿Qué imagen les surge con la palabra "amor"?

- Una pareja abrazada junto a una chimenea.

- Cupido con una flecha.

- Un niño en los brazos de su madre.

- Dos corazones.

- Un muchacho que le regala a su novia un ramo de rosas.

- ¡Basta, por favor! Díganme: ¿no tienen imaginación personal? Deben imaginar algo propio y vívido, si quieren dedicarse al arte, aprendan a rechazar la redundancia, el lugar común, la originalidad barata. Parecen imágenes de televisión... deben ser vivencias.



También los poetas trabajan con ellas, y por una circunstancia cualquiera surgen igual que una flor, con su color y su forma. Por ejemplo:



"Mi beso era una granada,

profunda y abierta;

tu boca era rosa

de papel."



"El primer beso

que supo a beso y fue

para mis labios niños

como la lluvia fresca."



"Amparo,

¡Qué sola estás en tu casa,

vestida de blanco!

Amparo,

¡Y qué difícil decirte:

yo te amo!"



Las imágenes de García Lorca son poderosas, claras y originales. Y los alumnos dirán: ¡Hay que ser poeta para poder crearlas! No necesariamente, aunque estas imágenes son poéticas. Básicamente, para crear imágenes debemos ser auténticos, sinceros; cuanto más leales somos a nosotros mismos mejor nos distinguimos del otro. El carácter tiene que ser único, igual que la voz humana, y corresponde desarrollarlo para alcanzar una voz peculiar.



* * *



Palabra y respiración. Práctica con el prólogo de La zapatera prodigiosa, de García Lorca.1



"Respetable público... (Pausa.) No; respetable público, no; público solamente, y no es que el autor no considere al público respetable, todo lo contrario, sino que detrás de esta palabra hay como un delicado temblor de miedo y una especie de súplica para que el auditorio sea generoso con la mímica de los actores y el artificio del ingenio. El poeta no pide benevolencia, sino atención, una vez que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala. Por este miedo absurdo, y por ser el teatro en muchas ocasiones una finanza, la poesía se retira de la escena en busca de otros ambientes donde la gente no se asuste de que un árbol, por ejemplo, se convierta en una bola de humo o de que tres peces, por amor de una mano y una palabra, se conviertan en tres millones de peces para calmar el hambre de una multitud. El autor ha preferido poner el ejemplo dramático en el vivo ritmo de una zapaterita popular. En todos los sitios late y anima la criatura poética que el autor ha vestido de zapatera con aire de refrán o simple romancillo, y no se extrañe el público si aparece violenta o toma actitudes agrias, porque ella lucha siempre, lucha con la realidad que la cerca y lucha con la fantasía cuando ésta se hace realidad visible. (Se oyen voces de la Zapatera: "¡Quiero salir! ¡Ya voy!") No tengas tanta impaciencia en salir; no es un traje de larga cola y plumas inverosímiles el que sacas, sino un traje roto, ¿lo oyes?, un traje de zapatera. (Voz de la Zapatera, dentro: "¡Quiero salir!") ¡Silencio! (Se descorre la cortina y aparece el decorado con tenue luz.) También amanece así todos los días sobre las ciudades, y el público olvida su medio mundo de sueño para entrar en los mercados como tú en tu casa, en la escena, zapaterilla prodigiosa. (Va creciendo la luz.) A empezar, tú llegas de la calle. (Se oyen las voces que pelean. Al público.) Buenas noches. (Se quita el sombrero de copa, y éste se ilumina por dentro con una luz verde; el autor lo inclina y sale de él un chorro de agua. El autor mira un poco cohibido al público y se retira de espaldas, lleno de ironía.) Ustedes perdonen. (Sale.)"





- Vamos a trabajar este texto, pero antes quiero preguntarles si han leído La zapatera prodigiosa.

La mayoría de los alumnos responde:

- Más o menos.

Y la Maestra muy enojada argumenta:

- Ustedes no pueden contestarme así, conocen o no conocen la obra, no existe el "más o menos", si es más, no es menos. Un día les voy a hacer escribir carteles que digan: "Prohibido decir más o menos" y después voy a colgar esos carteles.

Comiencen.

- "Respetable público...No..."

- Ya está mal, ¿qué error cometiste?

El alumno no atina a responder la pregunta.

- Decilo otra vez. Ustedes, fíjense.

- "Respetable público...No..."

- Aquí ya está el error.

- Sería el tiempo que tarda, que lo dice muy lento.

- No, el tiempo es una consecuencia de algo que pasa adentro, ¿qué sucede entre "respetable público" y "no"? El dice todo de corrido "Respetable público no".

Imaginate que hablás a una platea de trescientos personas y les decís: "Respetable público", ¿qué siente el público?

- Se siente halagado.

- Luego continuás: "No; respetable público, no;" y piensan: ¡Cómo!, ¿nosotros no somos respetables? Si, por ejemplo, yo salgo al escenario y me digo: "espero a que se callen", miro a los que comen caramelos y hacen crujir los papelitos, a los que tosen, a los que se les cae algo, etc. Y pienso si no se callan no empiezo la función, recién entonces cuando están tranquilos y la sala está en silencio, digo: "Respetable público", que es el principio de un discurso, pero luego se mete otro pensamiento en mi interior y digo: "No; respetable público, no."

Son dos planos de ideas absolutamente diferentes. Además, está la respiración que es imprescindible, porque al cambiar de idea o de imagen, hay que cambiar de aire, esto es una ley.

Un actor nunca puede olvidar el aire, que es vital, tanto como la letra y la dicción.

El que no sabe actuar no lo hace, ustedes deben marcarlo en el papel.

- ¿Se puede dar naturalmente, sin marcarlo?

- Si lo hacés bien, sí; no obstante es básico saberlo, porque cada acción está acompañada de una respiración determinada.

La acción nace de una necesidad profunda y unitaria del cuerpo, de allí sale la palabra expresada con sus imágenes bien particularizadas, a fin de que el interlocutor y los espectadores vean aquello de lo cual se habla.

Estas imágenes, que dieron a la palabra su carácter, aparecen porque se hallan alojadas a manera de sensaciones en el organismo, y nos hacen respirar de una manera distinta. Si digo: "Tengo frío", advertirán que el cuerpo tiene una tensión precisa, posiblemente saltarán para calentarse, y ese "Tengo frío" saldrá con una respiración que no es la misma que cuando estamos sentados en el césped, semidormidos, tomando un tibio sol y decimos: "¡Qué hermoso día!"

En el primer caso, el aire tomado será escaso; en el segundo, entrará totalmente por el cuerpo y la palabra resonará distinta; de la misma forma que no es igual la energía que se usa para levantar un balde lleno de agua a uno vacío. Según el texto que vayan a decir, el aire será mucho o poco, y estará colocado en diversas zonas; la respiración es el puente entre lo físico y lo psíquico. Continuemos.

- (Aire) "Respetable público...(aire) No; respetable público, no; público, solamente...

- Lo seguís haciendo mal porque hacés un cambio de aire sin tener la intención interna: la platea tiene que recibir tu pensamiento, que se arrepiente de decirlo. "Respetable público, no."

Fijate que a mí se me ocurrió que oía algo, otro pensamiento, vos también oís algo que te dice: "No, perdoná es otra cosa.”

Somos varios "yo". El primer "yo" dice: "Respetable público." El otro "yo" de García Lorca se cuestiona: "No, ¿acaso yo no soy respetable, no valgo nada?" Y afirma: "¡Yo soy García Lorca!"

Y luego aclara: "Respetable público, no; público solamente."

Vamos a imaginarnos que tenés un libreto en la mano, jugá con él, mirá a la concurrencia y caminá, te va a resultar mejor. No, mejor te va a ayudar más si decís: "Respetable público... (aire) No, no, no, no, no, no, no.", igual que si se te ocurriera otra cosa.

- "Respetable público... (aire) No, no, no, no, respetable público..."

- Lo hacés demasiado rápido, tenés miedo de perder el hilo cuando hablás; esto les pasa a menudo a los actores principiantes, porque no saben llenar una pausa con el diálogo interior que sigue, hay algo que habla en nosotros.

-"Respetable público...(aire) No; respetable público, no; público solamente..."

- Ahí está, ahí lo hiciste.

- "Respetable público... (aire) No; respetable público, no; público solamente, y no es que el autor no considere al público respetable, todo lo contrario, (aire) sino que detrás de esta palabra hay como un delicado temblor de miedo..."

- No es "palabrahay". Cuando me pongo a escuchar como hablan los locutores, me irrito, dicen igual que vos, "grandesofertas", como si fuera una sola palabra, asimismo estiran la "a", "graaaaaaaaandesofertas". Son efectistas, antinaturales y distorsionan las palabras pensando en que así las destacan.

Entonces es "palabra hay", son dos y no una, luego hacemos una pequeña pausa y allí les damos tiempo para que se pongan curiosos y se pregunten: ¿qué hay detrás de esta palabra?... y después continuás: "Hay como un delicado temblor de miedo."

Es el miedo de los actores antes de empezar la función, espían por el agujero que hay en el telón, ven a la concurrencia, a un crítico, dicen que “está ese idiota” -y muchas veces es verdad-, (se ríe) y es entonces cuando tienen "un delicado temblor de miedo" que nunca van a confesar ni a reconocer.

- "Detrás de esta palabra hay como un delicado temblor de miedo..."

- "Temblor" no es la palabra más importante: de no haber querido poner “un delicado temblor", el autor hubiera puesto simplemente "temblor".

- "Un delicado temblor de miedo y una especie de súplica para que..."

- "Delicado", lo dijiste muy bien, pero no así "súplica". Debés sentir qué es una "súplica", tenés que tratar de sentir la vibración de la palabra en el cuerpo.

- "Una especie de súplica para que el auditorio sea generoso con la mímica de los actores y el artificio del ingenio (aire). El poeta no pide benevolencia..."

- ¡Qué palabra!, tenés que cuidar la dicción. Decí "benevolencia".

- "Benevolencia", "benevolencia sino atención".

- Volvé a decir la frase bien relajado, como contándole al otro: "¿Sabés por qué te lo digo?, porque es difícil que el público sea benévolo", y antes de esta frase tenés que tomar aire. Es así: (aire) "El poeta (al expresar otra idea, corresponde un cambio de aire) no pide benevolencia (una pequeña pausa) sino atención."

Y el autor dice esta frase porque ya sabe que la gente, al principio de una obra, nunca presta atención. Tengan en cuenta también que el cambio de aire es lo que permite la musicalidad.

- "El poeta (aire) no pide benevolencia, (pausa) sino atención, una vez que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala.”

- ¿Qué pone en evidencia el autor?

- El miedo que tiene a la crítica de los espectadores.

- Sí, y no pide "benevolencia", ¿por qué?

- No pide que sean generosos sino que estén atentos.

- Así es, él pide "atención" y les da la oportunidad de que no les guste, pero manteniéndose atentos.

- "Una vez que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala."

- ¿Qué es "la barra espinosa"?

- La barrera interna de miedo que los autores tienen a la crítica.

- Yo lo voy a juzgar a García Lorca, no es verdad lo que dice "que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo". Siempre los autores, actores, directores, etc. están con miedo, aunque lo enfrentan y no por ello se detienen. El habla de un "delicado temblor de miedo" porque el miedo está.

- ”La barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala."

- "Sala" no es la palabra preponderante: miedo es la principal.

- "Por este miedo absurdo y por ser el teatro en muchas ocasiones una finanza..."

- Te apurás y son dos cosas distintas, "miedo" y "finanzas". En un plano decimos: "Por este miedo absurdo (aire y subimos a otro plano) y por ser el teatro en muchas ocasiones una finanza"; por lo demás, cualquier persona que ha hecho teatro sabe qué es una finanza, y que no van a ganar nada, ni el autor, ni los artistas, salvo el empresario.

- "La poesía se retira de la escena..."

- Vos te apurás, te ponés nervioso, hacelo lento; tengo un metrónomo.

La Maestra pone en funcionamiento el metrónomo.

- Decilo con este ritmo, e imaginate que les hablás para explicarles de qué se trata.

- "El poeta (aire) no pide benevolencia (pausa) sino atención, una vez que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala. (Aire) Por este miedo absurdo y por ser el teatro en muchas ocasiones una finanza..."

- Está realmente bien, pero expresalo como si dijeras: “Como nosotros lo sabemos muy bien... ‘el teatro en muchas ocasiones es una finanza’”. El auditorio no lo sabe, nosotros sí; continuamente tenemos que poner nuestras vivencias.

Otra cosa que hacés mal es la respiración: cuando uno respira, inspira naturalmente sin ruido y vos hacés lo contrario. Yo inspiro y lo que hago es una acción de respirar regularmente, porque tomar el aire es una acción, y no hay que ocultarlo.

Una vez me peleé con una profesora de foniatría, que me dijo que hay que respirar siempre con la boca cerrada y sin que se note que respiramos. Entonces le pregunté: "¿Por qué?, ¿es un vicio respirar?" A veces la respiración con la boca abierta puede ser una expresión, pero no es tu caso.

- Tal vez sea el mío...

- Sí, claro, es "tu caso", no el del personaje, allí no corresponde.

- El respira mal, parece que se ahoga, que le falta el aire.

- El aire no puede ser cortado o fragmentado, porque hay que mantener la línea continua del texto, desde el principio a el fin. Lo hace así porque está tenso y en lo único que piensa es en sacarse el texto de encima. Si, en cambio, pensara en comunicarnos las imágenes, no lo haría.

- "La poesía se retira de la escena..."

- Y aquí, hacé una pausa para permitir al público preguntarse ¿por qué? Luego el autor responde:

- "En busca de otros ambientes..."

- También se podría decir: "La poesía se retira de la escena en busca de otros ambientes", sin hacer la pausa en "escena", aunque nadie va a entender el sentido.

- "Se retira de la escena..."

- ¿Y a dónde se ha ido?

- " En busca de otros ambientes..."

- ¿Y cuáles son, a tu parecer, esos otros ambientes?

- La poesía escrita.

- Para vos es un libro, para mí es un espectáculo poético de la Edad Media, tal los que describió Shakespeare en algunas de sus obras; también lo imagino en un tabladillo de títeres.

- "Donde la gente no se asuste de que un árbol, por ejemplo, se convierta en una bola de humo o de que tres peces..."

- No puede decirse "árbol" con el mismo aire de "tres peces"; tenés que calcular la cantidad que necesitás para cada imagen.

- "Se retira de la escena (pausa) en busca de otros ambientes (aire) donde la gente no se asuste de que un árbol, por ejemplo, se convierta en una bola de humo (aire) o de que tres peces..."

- No es suficiente el aire que tomaste: el error está en que te apurás y no dejás que nada pase en tu interior.

Un autor no vale solamente por lo que dice, sino también por lo que calla. Lo mismo sucede con el actor: ustedes no pueden decir las palabras para llenar un espacio, cada palabra debe tener una razón para ser dicha.



Hay una frase hermosa de Alfredo de Vigny: "Sólo el silencio es grande, todo el resto es debilidad."

Y Stanislavsky observó: "Que ninguna de tus palabras suene a hueco y que tus silencios nunca resulten mudos."



- "De que un árbol se convierta en una bola de humo (aire) o de que tres peces por amor de una mano y una palabra, se conviertan en tres millones de peces para calmar el hambre de una multitud."

- Tres peces no se convierten en tres millones de cocodrilos. Tres peces se convierten en tres millones de peces. Las palabras fundamentales son "tres peces" y "tres millones": el segundo "peces" no tiene importancia, porque ya se presentaron los peces.

¿Qué es el amor de una mano y una palabra?

- Jesús.

- Entonces tenés que ver el milagro de convertir "tres peces en tres millones de peces".

- (Pregunta otro alumno) Yo quisiera saber por qué dice el texto como si estuviera desesperado.

- Porque está nervioso, tu personaje no se desespera, vos sí. Hay que saber distinguir entre el personaje y la persona: el personaje está sereno, plácido, y dice: "tres peces se convierten en tres millones". Es un acto de justicia, de amor para los humildes y hambrientos.

- "El autor ha preferido poner el ejemplo dramático en el vivo ritmo de una zapaterita popular. (Aire.) En todos los sitios late y anima la criatura poética que el autor ha vestido de zapatera con aire de refrán o simple romancillo, (aire) y no se extrañe el público si aparece violenta (pausa) o toma actitudes agrias, porque ella lucha siempre..."

- Debés corregir el "siempre"; a los actores argentinos les gustan en extremo los adverbios y los adjetivos, y los repiten de generación en generación.

Hacé el siguiente ejercicio: escuchá la radio o la televisión y observa la manera de hablar.

Dicen: "una enorme multitud", "extraordinario festejo", "efectivamente Pastillas Mentol", "grandiosas ofertas Tiendas...", "verdaderamente Limpisol", etc. Al marcarlas, dan relevancia a las palabras vacías de significado en detrimento de las importantes, a las que habría que separar de la compañera.

- "Porque ella lucha siempre..."

- ¿Con qué lucha?

- "Lucha con la realidad que la cerca (serían los vecinos) y lucha con la fantasía (con lo que imagina que dicen de ella), cuando ésta se hace realidad visible."

- No, ella está en contra de "la realidad que la cerca" -la zapatería-. Y en cuanto a "la fantasía", serían los novios, lo que ella cree que son los novios de las novelas. Son dos vivencias y dos imágenes distintas.

- "Lucha con la realidad que la cerca (aire) y lucha con la fantasía cuando ésta se hace realidad visible."

Otra alumna hace el papel de la zapatera.

- "¡Quiero salir! ¡Ya voy!"

- "No tengas tanta impaciencia en salir;..." (Lo expresa enojado).

- Hay algo que deberían advertir, y es que el autor ama a la zapaterita y lo expresa con infinita dulzura.

- "No es un traje de larga cola y plumas inverosímiles el que..."

- Lo dijiste mal, "traje de larga cola y plumas inverosímiles" no es una sola idea, como el nombre del negocio "Thompson y Williams", tal si fuera una sola palabra. ¿Dónde están las plumas? ¿En la cola?

- "No es un traje de larga cola (pausa) y plumas inverosímiles..."

- Perfecto.

- "Y plumas inverosímiles el que sacas, sino un traje roto, ¿lo oyes?, un traje de zapatera."

- "¡Quiero salir!"

El alumno lo dice en forma autoritaria y enojado.

- "¡Silencio!"

- Está mal, él la adora, dice: "silencio" con gran ternura.

- "¡Silencio!"

- ¡Ahí está! Lo lograste.

Veamos ahora otro aspecto. Este texto se dijo delante del telón, que en ese momento se abre y aparece la escena. Se produce entonces un cambio de luces y aparece al fondo una iluminación intensa, como si amaneciera.

- "También amanece así todos los días sobre las ciudades, y el público olvida su medio mundo de sueño para entrar a los mercados como tú en tu casa, en la escena, zapaterilla prodigiosa."

- ¿Qué significa este texto?

- Que en el teatro amanece igual que en la vida.

- ¿Y el "medio mundo de sueño"?

- Que el hombre es mitad sueño y mitad realidad.

- Que olvidan lo que soñaron para entrar a la realidad.

- Que el sueño es la poesía y el hombre, una mitad de poeta.

- Que el sueño es imaginación.

- Está bien, sigamos.

Aquí, Hedy indica a varias alumnas que hagan las vecinas que están peleándose.

- "A empezar, tú llegas de la calle" (Se oyen las voces que pelean). (Al público) "Buenas noches. Ustedes perdonen."

- ¿Qué quiere decir?

- Según indica, dice: "Buenas noches", luego se quita el sombrero y hace un truco de mago: en su interior se ve una luz verde; lo inclina y sale un chorro de agua, por eso explica:"Ustedes perdonen."

- ¡Muy bien! Para la próxima, estúdienlo de memoria.

- Yo tengo dificultad para memorizar los textos, me olvido.

- Es por falta de entrenamiento. Con los principiantes, hacía ejercicios muy elementales para la memoria, la concentración, la imaginación, y también la dicción.

Comprender y recordar no es complicado, lo difícil es sentir y crear.

- ¿No podríamos hacerlos?

- Sí, aunque antes quiero indicarles que para estudiar cualquier texto hay que crear una línea continua de imágenes surgidas previamente en nuestro interior, o bien inventadas por nuestra imaginación. Luego, a través de la memoria y su reflejo, podemos ver esa línea fuera de nosotros.



* * *



Ejercicios elementales



A continuación, Hedy dictó los siguientes ejercicios, con los que hizo ejercitar a los alumnos:



1) Para la memoria.

Hay que decir diez palabras (lo ideal es que las diga otra persona). Deben ser palabras concretas, no pueden ser abstractas como "conciencia o alma". En tres minutos, se debe construir la imagen de cada palabra, sin intelectualizar: tienen que ir siempre directamente a la imagen y, sin proponérselo, va a surgirles una situación.

Empiezan con diez palabras, y a medida que van desarrollando la memoria agregan otras, hasta llegar a treinta. Cuantas más palabras imaginen y recuerden, mejor.

1. Luna

2. Arroz

3. Pez

4. Catre

5. Lincoln

6. Rey

7. Membrete

8. Choclo

9. Nieve

10. Pies

Terminado el ejercicio, cada uno escribe en una hoja el orden de las palabras dichas. Después, al cotejarlo en grupo, comprobarán los desaciertos.



2) Para la dicción y la respiración.

Este ejercicio permite controlar la respiración y la dicción; la pronunciación tiene que ser exagerada, primero lo hacen con la "F":

Lafalalafa - lafalalafe - lafalalafi - lafalalafo - lafalalafu.

Después con la "B":

Labalalaba - labalalabe - labalalabi - labalalabo - labalalabu.

Luego con la "P":

Lapalalapa - lapalalape - lapalalapi - lapalalapo - lapalalapu.

Y así tratan de decir todas las letras del abecedario, menos las vocales.



Los siguientes pasos son los que van a cumplir para ensayar la ejercitación:

I) Tomar por separado cada serie y decir palabra por palabra.

II) Decir la serie entera y de corrido.

III) Tratar de llegar en sucesivas ejercitaciones, sin forzarse, a completar tres veces una serie con una sola inspiración de aire.

IV) Tomar el aire necesario para decir sólo una de las palabras, luego dos o tres, y así ejercitarse en tomar el aire para lo que se quiere decir y no más.

Si queda un poco de aire en los pulmones, se saca con un soplido. Esto es útil para la emisión vocal, pero el objetivo del cuarto paso es poder dominar la entrada y la salida de aire, según la necesidad.







4. La poesía.



Nociones elementales y diferentes aspectos del género poético.



La Maestra inicia su clase con el estudio del género poético.

- ¿Qué es la poesía?

- El arte de escribir en forma métrica.

- De componer versos.

- Con la simple presencia del verso no hacés po

No hay comentarios :