miércoles, 25 de julio de 2007

Teoria y practica

Recomendaciones de Hamlet a los actores:



"Que la acción corresponda a la palabra y la palabra a la acción, poniendo un especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la Naturaleza, porque todo lo que a ella se opone, se aparta igualmente del propio fin del arte dramático, cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren; ha sido y es presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad; mostrar a la virtud sus propios rasgos, al vicio su verdadera imagen, y a cada edad y generación su fisonomía y sello característicos. De donde resulta que si se recarga la expresión o si ésta languidece, por más que ello haga reír a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos, cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en vuestra estima que el de todo un público compuesto de los otros."3



La Maestra comenta entusiasmada:

- ¡Qué maravilla! Shakespeare lo escribió en el año 1601 y todavía es válido. Siempre hay que volver a los clásicos: son invariablemente más profundos porque van más allá de la vida cotidiana. En este párrafo, Hamlet se refiere a la tarea del actor en su organicidad, y como resultado de ello, sus palabras, sus acciones, deben corresponder al personaje que interpreta sirviendo de espejo a la naturaleza.

También el autor lo relaciona con los comediantes que representaban su obra, a los que dice que deben hacerlo con esa sencillez y esa verdad de la que habla a fin de cumplir su objetivo.

Al analizar este pasaje, primero vamos a determinar la puntuación de las ideas o de las imágenes, lo que sería así:



"Que la acción corresponda a la palabra/

y la palabra a la acción./

poniendo un especial cuidado en no traspasar lo límites de la sencillez de la Naturaleza,/

porque todo lo que a ella se opone se aparta igualmente del propio fin del arte dramático,/

cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren, ha sido y es presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad;/

mostrar a la virtud sus propios rasgos,/

al vicio su verdadera imagen/

y a cada edad y generación su fisonomía y sello característicos. De donde resulta que si se recarga la expresión o si ésta languidece, por más que ello haga reír a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos,/

cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en vuestra estima que el de todo un público compuesto por los otros."



Para decir este texto, ustedes deben crear una situación personal, evidentemente tendrán que idear un ensayo con un grupo de actores que exageran gestos, ademanes y hablan de manera pomposa, pensando en que así son más efectivos: deben pensar en una acción precisa.

Comencemos.

- "Que la acción corresponda a la palabra."

- No vi la acción que indicaste.

- En mi ensayo, uno de los actores de la obra, dice el texto caminando de un lado a otro, como un movimiento pendular interminable.

- Los malos actores creen que es imprescindible moverse sin cesar, porque así suponen que son vistos, sin embargo lo único que logran es que el público no entienda y tampoco el compañero; ese actor que se mueve sin sentido, tiene una acción que no corresponde a la palabra. No está mal tu ejemplo, tampoco es bueno, tendrías que elegir una acción precisa, no tan generalizada.

- Voy a suponer que dos personajes se encuentran en un café y uno de ellos le confía al otro un secreto. Desde el punto de vista de la situación, debe usar un volumen de voz bien baja, su cuerpo tiene que acercarse al compañero. Y en cambio, el personaje se recuesta en la silla, se distancia y habla allí: esa acción corporal no corresponde.

- Así es.

- Continúo: "Y la palabra a la acción."

- No podés cortar la frase de la anterior como si fueran dos distintas. "Que la acción corresponda a la palabra y la palabra a la acción" son dos imágenes distintas interrelacionadas, unidas por una "y”, que debemos separar con una aspiración después de la primera "palabra", y luego completar con la otra frase: básicamente es una sola idea.

Esa "y" debe decirse en un tono más alto, y como subiendo otro escalón, decimos la segunda frase, así no diluís la atención de la platea. En las próximas clases vamos a elaborar estos aspectos.

- También podría ser otra situación: que el actor se acerque para decirle el secreto, y en cambio eleve el volumen de voz.

- ¡Es tonto! Si vos inventás una situación no creíble, la gente no va a entenderlo, tampoco vos vas a poder transmitirlo.

Uno no se expresa bien, hasta que los demás no entienden bien, y sólo entonces se siente bien.

No se olviden de estos pasos.

- "Poniendo un especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la Naturaleza."

- De esta manera, completás la idea de la frase, respirás, hacés un cambio de aire, y vas a la otra idea.

- "Porque todo lo que a ella se opone se aparta igualmente del propio fin del arte dramático."

- ¿Cuál sería la oposición?

- Me figuro que el actor hace un personaje de hombre recio y actúa el clisé, pone caras, lo exagera, sin darse cuenta de que los recios pueden tener también aspectos débiles, la Naturaleza es compleja y el actor debe servir de "espejo" como dice el texto de Shakespeare: "Cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren, ha sido y es presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad; (cambio de aire), mostrar a la virtud sus propios rasgos." Estos últimos, no sé cuáles son.

- Supongamos que tenés en el diálogo una situación cómica y al actor se le ocurre subrayarla para hacerla notar, por ejemplo "ceceando"; con ello distrae al espectador y pierde la situación, que no necesita agregarle nada, tiene "sus propios rasgos".

- "Al vicio su verdadera imagen (aspiración) y a cada edad y generación su fisonomía y sello característicos. (Aire) De donde resulta que si se recarga la expresión o si ésta languidece..."

Y aquí me surge la imagen de corregir al actor, que está haciendo un anciano estereotipado, encorvándose, con la voz aguda, débil... y yo observándole que los hay erguidos, fuertes, con la voz grave, etc.

Continúo: "Por más que ello haga reír a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos (cambio de aire), cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en nuestra estima que el de todo un público compuesto por los otros."

Y aquí mi idea es que el actor va a representar caracteres sacados de la realidad, sin deformaciones, auténticos, sin concesiones al mal gusto del público, aunque éstas puedan festejarse.

- Muy bien.



2. La palabra.



Usos, funciones y consideraciones sobre la palabra.

En la segunda clase, al comprobar nuestra impuntualidad, la Maestra nos habla de la disciplina y la ética que debemos tener para dedicarnos al arte. Seguidamente desarrolla el tema propuesto.

- ¿Qué es una palabra?

- Un sonido, un conjunto de sonidos que expresan una idea.

- ¿Y para que sirve la palabra?

- Para expresarse y comunicarse.

- Para educar.

- Para poder revivir a autores de otra época, tal Esquilo.

- Para ser inmortales.

- Para dejar testimonio, a la manera de las sagradas escrituras.

- Si, por ejemplo, yo digo: "Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero soy todo lo contrario de un prestidigitador común." ¿Qué estoy diciendo?

- Que no es un prestidigitador.

- No es un prestidigitador común, es distinto.

- Sí, es distinto porque hace trucos distintos de los que hacen los prestidigitadores comunes.

- A lo mejor se refiere a otro tipo de trucos o cosas, que él no aclara.

- Es que esta frase es incomprensible, porque su sentido es oscuro.

- Recuerden que la oscuridad nos lleva al sentido más profundo.



Todo texto tiene dos aspectos, el audible y el inteligible, sonido y sentido.

Sonido: el lenguaje tiene tono, ritmo y acentuación, que conforman la melodía, y expresan la actitud y el estado de ánimo del que habla.

Sentido: el texto ostenta una articulación sintáctica y una estructura semántica que manifiestan el contenido, su significación.



- Voy a continuar con la frase, para ver si descubren su sentido: "Este, les brinda a ustedes una linda ilusión con las apariencias de la verdad. Yo les doy la verdad con las gratas apariencias de la ilusión."

- Aquí, queda claro que él no es un prestidigitador, porque nos va a hablar o contar la verdad.

- Está empezando a narrarnos algo verdadero pero con alguna ilusión, cierta magia, es ambiguo lo que plantea.

- No es ambiguo, sucede que el autor ha puesto una carga personal en sus palabras, ha trabajado esta frase remitiéndola a su propia historia, y dice: "Miren, yo soy como un prestidigitador, porque tengo trucos y cosas para contarles, pero soy todo lo contrario, porque no los voy a engañar, les voy a contar la verdad con apariencias de ilusión."

Hay que estar atento para atrapar el sentido, y saber diferenciar -en el lenguaje- la lengua escrita de la hablada, que no pertenecen al mismo plano.



Stanislavsky señala que la “tradición del arte de la palabra se conserva en los libros; la tradición del arte escénico vive única y exclusivamente en el talento y en la habilidad del actor."

La lengua escrita es reflexiva, más lógica que la hablada, pero para que esta última se deje invadir por la escrita, debe renunciar a expresar la vida y eso es imposible. El lenguaje hablado casi siempre es afectivo, subjetivo, jamás es enteramente intelectual. Aún cuando la frase parezca inexpresiva, al observar al hablante mostrará la afectividad y subjetividad de su pensamiento, así sea débilmente.

Los actos mismos de las personas mesuradas no son nunca estrictamente razonables, porque la vida es ímpetu, transformación, impulso; por ejemplo, no se puede llamar a alguien, sin poner en ello un mínimo de expresión aunque más no sea que por la manera de pronunciar su nombre.

Las palabras tienen un significado objetivo y otro subjetivo, que lo lleva a uno a vivirlas.

Incluyo este ejemplo clarificador del poema de Paul Eluard, "Algunas de las palabras que hasta aquí me estaban misteriosamente prohibidas".[1]



"La palabra cementerio

que sueñen otros con un cementerio ardiente



La palabra casita

Se la encuentra a menudo

En los avisos de los diarios en las canciones

Tiene arrugas es un viejo disfrazado

Tiene un dado en el dedo es un loro maduro



Petróleo

Conocida por valiosos ejemplos

Con manos de incendios



Neurastenia una palabra que no tiene vergüenza

Una sombra de casís entre dos ojos semejantes



La palabra criolla toda de corcho sobre raso



La palabra bañera tirada

Por caballos perfectos más feos que muletas



Debajo de la lámpara

Esta noche alameda es nombre de persona

Y dominio un espejo donde todo se aquieta



Hilandera palabra que se derrite hamaca parra saqueada



Olivo chimenea con tambor de destellos

El teclado de rebaños se ensordece en la llanura



Fortaleza travesura vana

Venenoso telón de caoba

Velador elástica mueca

Hacha error jugado a los dados



Vocal sello inmenso

Llanto de estaño risa de buena tierra



La palabra cuerda violencia luminosa

Efímero azul en las venas



La palabra bólido geranio en la ventana abierta

Sobre un corazón que late



La palabra musculatura bloque de marfil

Pan petrificado plumas húmedas



La palabra burlar alcohol marchito

Corredor sin puertas muerte lírica



La palabra muchacho como un islote



Baya lava galón cigarro

Letargo iris circo fusión

Qué queda de aquellas palabras

Que no me llevaban a nada

Palabras maravillosas como las demás

Oh mi imperio de hombre

Palabras que escribo aquí

Contra todas las evidencias

Con la gran preocupación

De decirlo todo."



Aquí se pone de relieve lo que significan para Paul Eluard esas palabras y, siendo un poeta, lo expresa con imágenes originales y hermosas. Puedo verlo mientras forma sus palabras en su interior, buscándolas, casi deletreándolas y dejándolas salir sin esfuerzo al escribirlas.

Posiblemente las dirá su boca, cobrarán vida y las escribirá, la palabra cementerio habrá dejado de estar sola para incluirse en "Que sueñen otros con un cementerio ardiente", ya tiene su aire propio, su vida y tiembla a causa de ello, con el contacto exterior, porque igual que hoy, el sentido nos llega.

La palabra "cementerio" es para él un sueño-pesadilla ardiendo con muertos.



- El habla individual intenta sin cesar traducir la subjetividad del pensamiento. Cuando decimos "¡Qué lindo auto!", no se trata de la simple confirmación de un hecho, sino de una impresión afectiva: expresamos placer o displacer, interés o desventaja, asociados por nosotros de acuerdo con las circunstancias. "¡Qué lindo auto!" quiere decir, según los casos, "para ir a pasear", "para regalarle a mi hija", "para andar por la playa", o simplemente "no me lo puedo comprar", etc.

- ¿De qué manera dirían ustedes la frase?

- De manera común, como hablando con el almacenero.

- No, no puedo hacerlo. En el almacén uso un lenguaje cotidiano cuyo fin es la utilidad, necesito un concepto fijo que permita una compresión rápida y segura; en el escenario, debo sentir la palabra como un instrumento artístico. Esto es lo increíblemente intrincado para el actor, que debe usar la misma materia prima para comprar un kilo de queso o para decir "ser o no ser".

- Mi idea era expresarla de manera sencilla, sin esos tonos con que hablan algunos actores.

- Sí, desde luego que ésa no es la manera. Los actores viejos de mi juventud hablaban declamando, tenían la voz falsamente impostada. Imagínense pidiendo un kilo de azúcar o peleándose con su mujer.

Stanislavsky realizó un trabajo maravilloso al combatir los estereotipos. Sostenía que hablar con sencillez, elevación y belleza es uno de los medios escénicos más poderosos de la expresión y del dominio sobre el público.

Me gustaría que digan una frase cualquiera.

Una alumna dice la siguiente frase con una entonación cotidiana:

- "Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero soy todo lo contrario de un prestidigitador común."

- La dijiste de una manera falsamente natural: tampoco es cuestión de imitar la sencillez y la naturalidad, porque también eso es un clisé, simplemente hay que sentir la frase.

Otra alumna la expresa en un tono poético.

- Tu manera de decir es artificial.

- Es que quiero darle intencionadamente ese énfasis para oponerlo a la cotidianidad.

- No se trata de oponerse a la vulgaridad.

La alumna insiste con la frase.

- Lo hacés mal, dijiste tu frase en forma patética, tenés que encontrar una manera veraz y viva.

- ¿Puede darse naturalmente?

- Por supuesto, hay gente común que a veces cuenta algo que ha vivido, con una originalidad de expresión e imágenes que sorprenden. También sucede con personas cultas que dominan un lenguaje sencillo, no artificioso, y transmiten pensamientos claros e imágenes propias.

Yo observo que los argentinos no cuidan su lenguaje, no están enamorados de él. Ustedes, que son actores, deben saber que así como el gesto es una plástica muscular en movimiento, la palabra es una plástica sonora, también en movimiento.

Es tan poderosa esa verdad y tan complejo este proceso, que en los días en que empleaba un nuevo recurso técnico en el escenario, los espectadores reaccionaba de otra manera.

La reciprocidad entre el actor y el auditorio será siempre un misterio. Es ese intercambio lo que permite completar debidamente un personaje, y así también ese personaje puede luchar, desde el escenario, contra el sentimiento burgués de la gente.

- No entiendo lo de "burgués".

- Por ejemplo, cuando yo estaba actuando en Sólo 80, el anticonvencionalismo del personaje impactaba fuertemente al público. Imagínense la relación de una anciana con un joven: recuerdo que en el primer tramo de la pieza se percibía la resistencia de los espectadores. Esa resistencia era señal de que se había dado justo en el blanco, y poco a poco iba desapareciendo mediante recursos genuinos, porque el personaje y el actor los van tocando muy profundamente, hasta que uno siente que los ha ganado.

También se da un hecho sumamente interesante: es muy común que el espectador haga consciente un recurso que el actor estaba utilizando intuitivamente. De cualquier manera, un buen público causa siempre mucho placer, uno se debe a él y le manifiesta -porque lo siente- un inmenso cariño.

El teatro tiene algo de mágico, porque uno puede comunicar a otras personas las vivencias y los placeres más íntimos y conseguir que el público los disfrute con igual intensidad.

- Recuerdo a un amigo que hablaba -intuitivamente- de un modo maravilloso.

- Hay afortunados que sienten la naturaleza del lenguaje, pero el actor, incluso con talento, no puede confiarse solamente en la intuición, tiene que conocer y dominar las leyes que rigen su arte y convertirlas en su segunda naturaleza. Para dominar el arte de hablar hay que estudiar. Hablar bien, con naturalidad y sentido artístico, no es tarea fácil: es el resultado de un esfuerzo.

- ¿En qué consiste “sentir la naturaleza del lenguaje”?

- Podría ser una cualidad, igual que ser afinado o no.

- Hay perros con ladridos más sonoros que otros; no se trata sólo de razones fisiológicas, porque también existen distintos temperamentos.

- Algunos son muy expresivos, parece que hablaran.

- Pero no hablan.

- Igual se comunican, con su lenguaje primitivo, que el hombre perdió hace tiempo al inventar las palabras.

- A las palabras no las inventó el hombre: son parte de su instinto. Los sonidos con que se forman tienen su propio espíritu, su vida interior y corresponde que así sea. Por cuanto los creó la naturaleza; el dolor: a-a-a-a, el frío: u-u-u-u-u, o la risa, ja-ja-ja-ja, son iguales en todas las lenguas. Esto es, en principio, mi concepción, porque los lingüistas opinan de formas diversas.



Voy a detenerme un momento para hacer un poco de historia.

En el umbral de la humanidad, suponemos que los hombres se comunicaban únicamente con gestos y algunos sonidos, que probablemente no eran más matizados que los del mundo animal. A través de una evolución milenaria, el ser humano llegó alrededor de los años 120.000 a. de C. al tipo "Hombre de Neanderthal", llamado así por el lugar geográfico donde encontraron sus rastros.

Tenía ya la postura erguida, la movilidad de la cabeza, los dedos de las manos libremente móviles, y un volumen cerebral más desarrollado, pero su parte occipital ocupaba todavía más espacio que la parte frontal, sede del pensamiento y luego de la palabra.

Hacia los años 80.000 a. de C., alcanza el tipo "Homos Sapiens", y continúa su evolución que culmina alrededor de los 10.000 a. de C. con una formación y un volumen cerebral que es la base del hombre actual: ya tiene la inteligencia, la palabra y la letra. Al llegar a este punto me siento tentada de fantasear un poco sobre la pregunta: ¿cómo, cuándo y en qué circunstancias nació el impulso de hablar, generador del lenguaje?

Me imagino a un hombre primario después de una larga noche, envuelto en la angustia de la oscuridad, con sus múltiples peligros reales y oníricos, que se despierta con los primeros rayos del sol. Se incorpora lentamente, respira y comienza a sentir una nueva sensación, es algo transparente que anula lo sombrío, con la casi seguridad de que va a volver a repetirse.

Se siente de pronto fuerte y unido a la luz del día que se renueva. Esa impresión le hace respirar muy hondamente, expandir el pecho, abrir los brazos y emitir un sonido, tal vez un "¡aaaaaah!" prolongado que puja por salir, para expresar los sentimientos y sensaciones que lo asaltan.



A mí me gustaría consultarla sobre este tema, porque leí un texto de Louis Ferdinand Céline que sostiene algo distinto. Dice Céline:[2]

"Dese cuenta, Sadoul: desde que el mundo es mundo se cuentan historias. Desde que el mundo es mundo no: desde que el hombre empezó a tener un buen caudal de palabras. Cuando éramos muy primitivos, las palabras no existían. Cuando el hombre era muy, pero muy primitivo, lo único que tenía eran emociones en lugar de palabras. En las escrituras se nos dice: al principio era el verbo. Si, quién sabe. No, no: eso no camina. Al principio era la emoción, ¿no es cierto? Todo era una pura emoción al principio de las cosas. Tuve yo un profesor de biología, Savy, hombre eminente, que nos decía eso: la emoción fue lo primero. Una ameba, un protozoario, cualquier animal primitivo, reacciona cuando se lo toca: se emociona. Cuando aparecen las palabras, es sólo para que las emociones se hagan a un lado, ésa es la verdad. Si usted ve que dos enamorados se ponen a hablar, es que ya se les ha ido...

- Todo ha terminado.

- Ha terminado todo, ha terminado. Los amores transcurren en el silencio. Cuando se acaba el silencio nada queda, no hay nada más. Usted me preguntará: ¿Y qué hizo con todo eso? Todo consiste en mover su estilo de tal manera que sea capaz de captar la emoción. ¿Y de dónde vendrá esa emoción? Ah. Viene de nuestra naturaleza personal. Todo el mundo tiene emociones, algunos las cultivan más que otros, ¿no es cierto? Un erudito tal vez no es alguien muy emotivo, no creo que un orador político sea alguien que tenga muchas emociones... Pero hay que ir buscando las emociones aquí y allá, ¿no es cierto? hay que pescarlas. ¿Y cómo pescarlas? Bueno, mi Dios, ahí está el problema. Por ejemplo, supongo que si mañana matan al Presidente de la República... No. Quiero decir otra cosa... ya he tenido demasiados problemas. Si mañana mataran al presidente de una Cámara de Apelaciones, o si mañana hubiera una violación escandalosa, algo extraordinario, ¿no?, en ese momento podría ir usted a un bar, a un mercado, a una plaza, y ver a toda la gente reunida, hablando, haciendo frases. ¿Saben lo que busca esa gente? Busca el tono emotivo de la situación que se presenta, la entonación del momento. Buscan la emoción."



- Hay algo verdadero en la idea de Céline, a veces las palabras se dicen porque sí y las emociones se hacen a un lado, y lo mismo les pasa a los actores.



Pero el hombre primitivo sólo tenía emociones, y la distancia existió a partir de la inteligencia y la palabra que lo hicieron superior; si siguiéramos solamente emocionándonos, todavía seríamos el "Hombre de Neanderthal".

Lo que nos diferenció fue la palabra.

Ese "¡aaaaah!" no sólo fue una letra con sonido, fue una emoción y el actor tiene que saber expresarla. Por ejemplo, la palabra "cielo" puede significar un color celeste, sin embargo es imposible olvidarnos de su mitología.



- Yo busco la dinámica, la música que hay detrás y dentro de una palabra: por ejemplo, "alma" es una palabra inmortal, una palabra del aliento; o "crepúsculo" es increíble y no puedo decir por qué.

Las palabras tienen alma y la mayoría de la gente les exige sentidos, es necesario encontrar esa alma que aparece al contacto con otras palabras, que brilla y alumbra con una luz desconocida, difícil de hacer brotar y que el actor debe lograr.

- ¿Los griegos también estudiarían las palabras?

- Por supuesto, y no solamente los actores. Existía igualmente una escuela de oratoria, que era un arte bien desarrollado y que competía con la didáctica, la historia, la dialéctica, la poesía... Eran autores y de alguna manera, también actores, y desarrollaban géneros diversos: político, académico, judicial, poético.



Fenelón decía que en "Atenas todo dependía del pueblo y el pueblo dependía de la palabra." En años posteriores, los romanos siguieron a los griegos y cultivaron la palabra. Magníficos ejemplos escritos son La Ilíada y La Odisea del griego Homero, y La Eneida del romano Virgilio.

Cicerón, en su libro De los ilustres oradores, dice: "El orador ha de considerar lo que dice, cómo lo dice, y cuándo (...) deleita y convence."



- Y los actores ¿sólo se dedicarían a desarrollar la intuición?

- Mirá, ellos [los que sostienen las ideas que acaban de expresarse] fueron maestros en el arte dramático, formaron todas las grandes ideas que hoy son el fondo de la civilización occidental, la ley, el arte, la ciencia, la filosofía... esto no puede alcanzarse únicamente con la intuición.

Yo creo que los argentinos tienen grandes condiciones para actuar, con una capacidad intuitiva notable, tienen mayor talento histriónico que los alemanes, no obstante sin constancia. Yo les diría a los jóvenes que aprenden teatro que tengan mayor constancia en el esfuerzo, parecen no darse cuenta que el talento sin disciplina no es efectivo y nunca da frutos. Aunque la impaciencia es un tributo juvenil, pero no deben creerse capaces de hacer Hamlet después de un año de estudios.



* * *

No hay comentarios :